En la red del Metro capitalino, los casos de personas que deciden arrojarse al paso de los trenes en el Metro suelen conocerse por el impacto que generan en el sistema y las demoras para miles de usuarios. Sin embargo, pocas veces se considera la perspectiva de quienes presencian estos hechos y lidian con repercusiones psicológicas profundas.
Para quienes han vivido la experiencia de observar un intento de suicidio en el Metro, el impacto emocional puede ser duradero y difícil de superar, generando ansiedad, miedo y trastornos de estrés que afectan su vida cotidiana.
“Sentí que el mundo se detenía, no podía moverme”
Mariana Loyola, usuaria que transitaba por la Línea 2 hace ya un par de años, fue testigo de uno de estos incidentes, cuando una persona decidió arrojarse al paso de un tren en la estación Hidalgo.
“Fue en el último vagón y yo estaba parada en la orilla de la plataforma. Cuando ocurrió, sentí que el mundo se detenía. No podía moverme, ni siquiera gritar; todo fue tan rápido y tan lento al mismo tiempo”.
Después de este incidente, Mariana comenzó a experimentar un alto nivel de ansiedad al viajar en el Metro. Lo que antes era una rutina se transformó en una experiencia llena de miedo y desesperación.
“Cada vez que escuchaba el sonido del tren, me entraba una angustia inexplicable. Llegué a pensar en dejar de usar el Metro, pero no puedo; es mi única opción para llegar a mi trabajo”.
Con el tiempo, la ansiedad fue tomando control de otras áreas de su vida, afectando su sueño, su alimentación y su interacción con familiares y amigos.
“Mis manos empezaban a sudar y me daban ganas de llorar cada vez que veía las vías. Es como si algo dentro de mí reviviera ese momento. Ahora siento miedo en cualquier espacio público, no solo en el Metro”.
El peso emocional de los testigos
La psicóloga Silvana Ferrer, especialista en trauma y salud mental, explica que los testigos de un acto suicida en un entorno público como el Metro enfrentan un tipo de trauma que es difícil de procesar sin ayuda.
“Cuando una persona presencia una escena tan impactante, especialmente en un lugar de paso cotidiano como el Metro, su sistema emocional entra en alerta. Es un mecanismo de defensa natural, pero que puede desencadenar problemas emocionales de gran magnitud”, indica Ferrer.
La profesional destaca que quienes viven experiencias como esta desarrollan una mezcla de emociones, desde el miedo hasta la impotencia, ya que son testigos de una situación trágica sobre la que no tienen control.
Ferrer detalla que el trauma que surge de presenciar un intento de suicidio en público está relacionado con la percepción de vulnerabilidad.
“La mayoría de las personas consideran el transporte público como un espacio seguro y rutinario. Sin embargo, después de un evento como este, esa sensación de seguridad se desvanece. El individuo comienza a asociar ese entorno con peligro, muerte o caos, lo cual genera una ansiedad profunda y en algunos casos fobia al lugar”. Este efecto, conocido como “trauma de lugar”, hace que el espacio se convierta en un desencadenante constante de angustia y temor.
La especialista en salud mental también señala que el estrés postraumático derivado de estas situaciones puede tener un impacto en la vida cotidiana de los testigos.
“Además de evitar regresar al lugar donde ocurrió el evento, muchas personas comienzan a experimentar alteraciones en su sueño, reviven la escena una y otra vez en su mente, y, en algunos casos, desarrollan ataques de pánico o crisis de ansiedad”.
Silvana Ferrer afirma que es fundamental abordar el trauma desde el momento en que ocurre, ya que una atención temprana ayuda a mitigar sus efectos a largo plazo.
Además, subraya la importancia de que las personas encuentren un espacio seguro donde expresar sus emociones.
“Es común que, después de una experiencia de este tipo, los testigos se sientan incomprendidos o minimizados. Algunos evitan hablar del tema por temor a ser juzgados, lo cual genera que el impacto emocional se acumule y sea más difícil de procesar. Por eso, contar con módulos de atención o programas como Salvemos Vidas, que brinden apoyo en temas de salud mental, es crucial para ofrecer una contención emocional adecuada".
723 acciones de contención: El papel de “Salvemos Vidas”
Desde 2016, el STC implementó el programa “Salvemos Vidas”, cuyo objetivo es reducir la cantidad de muertes autoinfligidas en las instalaciones del Metro.
Según autoridades de este sistema de transporte, hasta mediados de 2024, se realizaron 723 intervenciones de contención a personas en riesgo de atentar contra su vida. La coordinación entre operadores, brigadistas y especialistas en salud mental ha permitido detectar y disuadir a quienes muestran señales de riesgo, gracias a un protocolo que abarca desde la identificación de personas con actitudes inusuales hasta la aplicación de primeros auxilios psicológicos.
Los datos reflejan la gravedad de esta problemática, pero también el esfuerzo por abordarla. En el caso de quienes sobreviven a estos intentos, el programa incluye el acompañamiento hacia servicios de salud mental externos, donde los afectados pueden recibir apoyo más prolongado.
Una red de apoyo para la salud mental
Como parte de sus medidas más recientes, el programa “Salvemos Vidas” implementó módulos itinerantes de consejería psicoeducativa, que desde octubre de este año comenzaron a ubicarse en estaciones clave de la red, tales como Hidalgo, Bellas Artes y Pino Suárez en la Línea 2. Estos módulos, atendidos por psicólogos capacitados, ofrecen orientación sobre salud mental a quienes lo soliciten y realizan una evaluación inicial mediante un test breve. En caso de que los usuarios presenten signos de ansiedad o estrés, los especialistas les refieren a instituciones de salud mental para un tratamiento adecuado.
“Estos módulos ayudan a aliviar la carga emocional en personas que enfrentan problemas en su día a día. La simple posibilidad de hablar con alguien y recibir una orientación profesional puede prevenir problemas mayores en el futuro”, comenta un trabajador del programa.
Los retos pendientes y la necesidad de mayor apoyo
A pesar de los esfuerzos del Metro, la carga emocional de estos eventos afecta a más personas de lo que se percibe. Los usuarios y especialistas en salud mental coinciden en que se requieren más intervenciones, tanto para prevenir futuros intentos de suicidio como para ayudar a quienes los presencian.
“Es fundamental que existan más espacios de consejería y apoyo en estaciones, donde los testigos de estos eventos puedan recibir orientación psicológica inmediata”, añade la psicóloga Ferrer.
Mariana, que desde el incidente asiste a sesiones de terapia, sugiere que el Metro debería instalar barreras de seguridad en todas las estaciones para evitar que las personas puedan acceder a las vías.
“Es necesario que todos los que trabajen y viajen en el Metro puedan sentir que este es un lugar seguro, tanto físicamente como emocionalmente”, enfatiza.
Para muchos, el apoyo psicológico que brinda el Metro es el primer paso hacia la sanación, pero reconocen que se necesita un enfoque integral que incluya tanto el tratamiento de las causas del suicidio como la educación en salud mental para toda la población.
Hoy Día Mundial para la Prevención del Suicidio, el Metro refrenda su compromiso con acciones integrales y protocolos de actuación, para visibilizar, atender y prevenir el fenómeno del suicidio. #SalvemosVidas pic.twitter.com/pbUwyNMBGm
— MetroCDMX (@MetroCDMX) September 10, 2021
¿En qué consiste el programa “Salvemos Vidas” del Metro?
El programa “Salvemos Vidas” del Metro de la Ciudad de México, creado en 2016, tiene como propósito prevenir y reducir la incidencia de muertes autoinfligidas en sus instalaciones. A través de un protocolo coordinado, el programa busca detectar a personas en riesgo y disuadirlas mediante acciones específicas de persuasión.
Los elementos del protocolo incluyen:
- Detección y persuasión: Identificar a personas con señales de alerta y motivarlas a desistir de la acción autodestructiva.
- Valoración física y primeros auxilios psicológicos: Después de la detección, se realiza una valoración física y se otorgan primeros auxilios psicológicos para estabilizar emocionalmente a la persona.
- Referencia a servicios especializados: Las personas que aceptan recibir ayuda son remitidas a instituciones de salud mental para una atención más extensa y especializada.
Desde octubre de 2023, “Salvemos Vidas” ha incorporado módulos itinerantes en estaciones de alto flujo y lugares identificados como de alta incidencia. Los módulos brindan orientación en salud mental y detectan posibles síntomas de ansiedad o estrés en los usuarios.
A su vez, el programa cuenta con un módulo permanente en la estación Juárez de la Línea 3, donde las personas reciben una evaluación y, de ser necesario, son derivadas a las instituciones de salud mental correspondientes. Estos módulos ofrecen servicio de martes a jueves, de 14:00 a 17:00 horas, en diversas estaciones de las líneas 1, 2 y 3 del Metro, con el fin de ampliar el alcance del apoyo emocional.