Metrópoli

La ofensiva del secretario de Economía, Marcelo Ebrard, contra la fayuca china trajo consigo una atención a los vecinos molestos que se han pronunciado por la violación del uso de suelo, daños a edificios históricos y a viviendas en las que se han recargado inmuebles convertidos en bodegas

Interviene CDMX ante impacto urbano de los chinos en el Centro Histórico

Plazas Plazas chinas que violan el uso de suelo. (Jorge Aguilar)

A la par de la clausura de Izazaga 89, el gran centro de control de la mercancía china llegada a México, las autoridades capitalinas atendieron por primera vez, después de 15 años de solicitudes, a los vecinos que se quejan de que el empuje comercial de los asiáticos convirtió calles de vecindades en un lugar difícil para vivir: invasión de espacios públicos, conversión de edificios, expropiados originalmente para habilitar viviendas, en centros comerciales o bodegas clandestinas.

La ofensiva del secretario de Economía federal, Marcelo Ebrard, contra la fayuca china trajo consigo una atención a los vecinos molestos que se han pronunciado por la violación del uso de suelo H (Habitacional) y HC (Habitacional con comercio en planta baja), daños a edificios históricos e incluso a viviendas en las que se han recargado inmuebles convertidos en bodegas y plazas comerciales de mayoreo y menudeo.

Inti Muñoz, secretario de Vivienda, recibió a los vecinos quejosos para ver, a detalle, lo que ellos han documentado durante tres lustros. Es la primera vez tienen a un funcionario de nivel frente a sí para atender “la invasión” china de 72 niveles excedentes en las calles República de Venezuela, Leona Vicario, Rodríguez Puebla y José Joaquín Herrera.

“Ahorita están llevándose la mercancía”, señala uno de los vecinos quejosos en torno a los nuevos aires favorables. Se refiere a las plazas comerciales, más pequeñas que Izazaga 89, que conformaban la red para hacer circular la producción de artículos chinos de todo tipo.

La reunión se logró luego de que la Procuraría Ambiental de Ordenamiento Territorial (PAOT) emitió un dictamen, 15 años después de la primera denuncia, en la que aceptó que 45 inmuebles en un cuadro perimetral no mayor a un kilómetro de longitud en la alcaldía Cuauhtémoc tienen quejas por negligencias inmobiliarias que han sido ignoradas durante 10 años, tiempo en el que existieron ordenes para detener la “invasión china” a favor de los vecinos y revelado decenas de violaciones al uso de suelo permitido, niveles excedentes, daños al patrimonio cultural y artístico de la Ciudad de México, así como comercios ilegales que desde hace una década, tuvieron que ser clausurados.

Exigen extinción de dominio para vivienda

En entrevista con Crónica, los vecinos afectados explicaron que el día de la reunión, le solicitaron a Muñoz y a la autoridad del Centro Histórico, Carlos Cervantes Godoy, que a la brevedad comience la extinción de dominio de las plazas chinas y se conviertan en viviendas, como lo eran hace dos décadas y que los créditos que originalmente tenían que haber sido otorgados a hogares populares, regresen a manos de las familias.

Aunque Inti Muñoz señaló mediante las redes sociales que en conjunto con los vecinos se analizan los retos en materia de habitabilidad, los residentes de la zona exigen que a semana y media, se transparenten las soluciones y de inmediato comiencen los desalojos de la mercancía aparentemente ilegal de lo que nombran “la mafia china”.

Narran que algunas de las plazas comenzaron a ser desocupadas por las noches, por los mismos comerciantes, que luego de ver el gran despliegue el aseguramiento de 260 mil productos “piratas”, que en los próximos días será destruidos, prefirieron saquear todo lo que guardaron ilícitamente en edificios que conforme a su modus operandi, simularon como faltas viviendas.

Aun con la respuesta de Muñoz y Cervantes y su disposición para mostrarles el dictamen del INVEA en el que detalla las irregularidades de obras, los vecinos afectados amenazan que si a la brevedad no reciben un anuncio a su favor, ingresarán otra solicitud a la jefa de Gobierno, Clara Brugada, para que instruya a su gabinete a expulsar a los chinos del Centro Histórico y de Tepito.

Otra de sus esperanzas de que la problemática se resuelva es el encuentro que acordaron con el secretario de Atención Ciudadana, Tomás Pliego, el cual, es su “carta fuerte” para que los abusos en pisos ilegales, violaciones a uso de suelo, invasión de espacio público y daños en viviendas por obras, lleguen al escritorio de Brugada.

Para los vecinos, es más grave lo que sucedió en la “invasión china” del Centro Histórico que la mercancía ilegal en Izazaga 89, ya que en el primer caso el comercio era visto por todos, pero en el otro caso, con falsas ventanas y fachadas que simulan departamentos, los asiáticos esconden cientos de bodegas ilegales en inmuebles del Centro Histórico. Con la finalidad de que las autoridades no verifiquen que el espacio que tenía que ser destinado para vivienda de interés social, es ocupado por pesada mercancía, pequeñas ventanitas, algunas con balcón y macetas, hacen creer que miles de familias viven arriba de las plazas chinas, sin embargo, libran operativos de revisiones y de clausura al operar en una simulación.

Sin importar que en la transición de Gobierno, se cerró la plaza ubicada en José Joaquín Herrera y Rodríguez Puebla, y se colocaron sellos de clausura debido a que nunca contó con registro de manifestación de construcción y/o licencia de construcción especial, los locatarios rompieron los sellos y regresaron a sus actividades normales.

Estas plazas se escondieron como falsas viviendas

La problemática creció a causa de la poca intervención de las autoridades, además, la anterior Comisión de Vivienda en el Congreso refirió que la distracción de su presidencia morenista, al enfocarse en la búsqueda en cargos de elección popular, frenó iniciativas a favor de la vivienda y permitió que los espacios destinados para hogares fueran otorgados a comerciantes.

Las fachadas de estas plazas chinas son exactamente iguales, locales en la parte inferior y el primer piso de bodegas; pero al subir las escaleras de los más de siete pisos, edificados sin permiso, las habitaciones están saturadas de mercancía china. Su uso dista de la normativa, la cual manifiesta que los perímetros A y B del Centro Histórico, cuentan con uso de suelo tipo H/*25 Habitacional, con un mínimo de 25 por ciento de área libre en el terreno, donde no se permite la construcción, la cual no se cumple.

En las ventanitas no se asoma nadie, todo el tiempo están cerradas; durante la noche es evidente que nadie vive ahí, pues después de las 18:00 horas, la zona “se muere”, con todos los comercios cerrados y las falsas viviendas están apagadas, sin luz y nadie sale de ellas. Crónica las visitó y documentó que están inhabitadas.

El “Pasaje Cristal” en Rodríguez Puebla número 19, mantiene una investigación vigente por nulidad de permisos de construcción, además de que afectó al patrimonio cultural urbano de valor histórico por el INAH, por lo cual, la Procuraduría Ambiental y de Ordenamiento Territorial (PAOT) ordenó al Instituto de Verificación Administrativa (INVEA) revisarlo y proceder jurídicamente, hecho que no ha sucedido. Las puertitas de los fingidos departamentos tienen pegados números iguales a los de una vivienda, pero de ellas solamente salen cajas cargadas por diableros; si alguien externo a esos comercios intenta asomarse, los bodegueros exigen abandonar el sitio, además de guardar el celular para no tomar fotografías.

La plaza Mayorista China, en República de Venezuela 118, que en su parte inferior tiene más de diez locales y arriba de estos, hay tres niveles en lo que se instaló todo un piso para un supermercado de alimentos y artículos chinos (también con ventanas similares a las de una casa), mientras que las dos plantas superiores son para locales y el excedente, es para bodegas. Con todo, esta bodega cuenta con otro piso extra, en la parte subterránea, sin uso habitacional.

Los almacenes son videovigilados, casi no hay luz, el paso es difícil porque cajas que pesan toneladas tapan los cuartos, inclusive, pasillos y salidas de emergencia. Lo que por fuera son ventanas similares a las de una vivienda, adornadas con plantas, en el interior está tapado por cajas, protegidas por fuertes rejas y así tres niveles arriba, cada piso con más mercancía que el anterior. Por igual, si alguien externo se asoma a las bodegas, se le pide salir del inmueble y los guardias y bodegueros cierran con varios candados el acceso que dice “No abrir, se prohíbe el paso a cualquier persona ajena”. También, está disponible su alquiler, sin que el INVEA supervise que su excesivo peso y edificación ilegal infringe el reglamento.

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