La Ciudad de México, una de las urbes más grandes y dinámicas del mundo, enfrenta un problema que parece inquebrantable: el auge de la piratería y la venta de productos de contrabando, conocidos popularmente como fayuca. A pesar de los esfuerzos de las autoridades para combatir estas prácticas, el mercado informal sigue siendo una parte importante de la economía local y un desafío para el comercio formal.
Este problema no solo afecta la economía formal, sino que también plantea preguntas sobre la efectividad de las políticas actuales y la necesidad de abordar las raíces estructurales que perpetúan estas prácticas.
Un mercado en expansión y su impacto económico
En lugares emblemáticos como Tepito, el Eje Central, las inmediaciones de la estación Merced del metro, y ahora, gran parte del Centro Histórico, la piratería y la fayuca dominan los pasillos y calles. Aquí se pueden encontrar desde ropa, calzado, perfumes, juguetes, etc., importados sin pagar aranceles, hasta copias ilegales de películas, música y software.
De acuerdo con datos de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio (CONCANACO), la piratería genera pérdidas de hasta 50 mil millones de pesos anuales para las industrias culturales y tecnológicas en México. Por su parte, la fayuca, proveniente principalmente de Asia y Centroamérica, evade impuestos significativos, afectando la recaudación fiscal del país.
Por su parte, datos de la Confederación de Cámaras Industriales (CONCAMIN), la piratería en México genera pérdidas económicas de aproximadamente 43 mil millones de pesos anuales, principalmente en sectores como entretenimiento, tecnología, moda y productos de consumo masivo.
Esta fayuca —mercancía importada ilegalmente, en su mayoría desde Asia y Centroamérica— evade impuestos que representarían cerca de 10 mil millones de pesos anuales para las arcas públicas, de acuerdo con el Instituto Mexicano de Competitividad (IMCO).
Lugares Clave: Los epicentros del comercio informal
En la Ciudad de México, los principales puntos de venta de productos pirata y fayuca son:
- Tepito: Conocido como el “barrio bravo”, es el corazón del comercio ilegal.
- Plaza Meave y Eje Central: Centros neurálgicos de productos electrónicos y tecnología pirata.
- Mercados de La Merced y Lagunilla: Espacios con amplia oferta de ropa y calzado de contrabando.
- Centro Histórico: En puntos como la recién clausurada Plaza Izazaga que ofrecía una amplia gama de productos de todo tipo.
Un recorrido por estos lugares muestra un catálogo que incluye desde ropa de marcas reconocidas, dispositivos electrónicos y cosméticos, hasta discos de música, películas y software, vendidos a precios considerablemente bajos.
Factores que Impulsan la Demanda de Piratería y Fayuca
1. Precios Asequibles: Unos tenis “de marca” pueden costar en promedio 300 pesos, mientras que en tiendas oficiales superan los 3,000 pesos.
2. Desigualdad Económica: En México, el 43.5% de la población vive en condiciones de pobreza, según el CONEVAL, lo que los lleva a optar por productos más accesibles.
3. Escasa Fiscalización: Aunque se realizan operativos, la reposición de mercancía es inmediata debido a las redes bien organizadas.
🏙️ Clausuran Izazaga 89, epicentro de mercancía china. Tras 15 años de quejas, autoridades de la #CDMX cerraron Izazaga 89, señalado por transformar zonas en bodegas. https://t.co/H42dUsmrQi pic.twitter.com/MqDPyrQNi9
— La Crónica de Hoy (@LaCronicaDeHoy) December 3, 2024
Las estrategias del Gobierno para frenar la piratería y la fayuca
En los últimos años, el Gobierno de la Ciudad de México ha adoptado una serie de medidas para combatir el comercio ilegal:
Operativos y Decomisos:
La Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) ha intensificado los operativos en mercados clave como Tepito, Lagunilla y Eje Central. En 2023, se confiscaron más de 15 toneladas de mercancía pirata y de contrabando, según datos oficiales.
Campañas de Concientización:
La Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO) lanzó campañas para informar a la ciudadanía sobre los riesgos asociados con la compra de productos ilegales, incluyendo sanciones, riesgos para la salud y el impacto en la economía nacional.
Endurecimiento de las Leyes:
La Ley Federal de Derechos de Autor se ha actualizado para incluir sanciones más severas contra quienes produzcan, distribuyan o comercialicen productos piratas. Las penas ahora alcanzan hasta 10 años de prisión y multas millonarias para los responsables.
Control Aduanero:
A nivel nacional, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) ha reforzado la inspección en aduanas para frenar el ingreso de fayuca, particularmente en puertos como Manzanillo y Lázaro Cárdenas, donde se registra el mayor tráfico de mercancías provenientes de Asia.
Aunque el gobierno de la CDMX realiza operativos periódicos para decomisar mercancía ilegal, el impacto de estas acciones ha sido limitado. En 2023, la Secretaría de Seguridad Ciudadana informó haber confiscado más de 10 toneladas de productos piratas en operativos en mercados como el de San Felipe de Jesús y Lagunilla. Sin embargo, estos espacios suelen reabastecerse rápidamente.
Por otro lado, organizaciones civiles y cámaras empresariales exigen medidas más contundentes, como una mayor vigilancia en las aduanas y un enfoque en la educación para fomentar el consumo responsable.
Desafíos Persistentes
A pesar de estos esfuerzos, el comercio de piratería y fayuca continúa creciendo, impulsado por varios factores:
- Corrupción: La colusión entre funcionarios y redes de contrabando sigue siendo una barrera para aplicar la ley de manera efectiva.
- Demanda Constante: Los precios accesibles y la situación económica de millones de mexicanos fomentan el consumo de estos productos.
- Falta de Alternativas Laborales: Según el INEGI, el 56.5% de los trabajadores en México operan en la economía informal, incluidos muchos vendedores de fayuca y piratería.
Aunque las regulaciones actuales son un paso en la dirección correcta, el combate a la piratería y la fayuca requiere de un enfoque integral que no solo persiga a los responsables, sino que también aborde las causas sociales y económicas que mantienen vivo este mercado ilegal.