Diversos grupos de personas están desconectando semáforos en la Ciudad de México, el Estado de México y Jalisco con el fin de dirigir el tránsito y cobrar propinas. Vecinos y autoridades han identificado este modus operandi, que representa un riesgo para la seguridad vial y una estafa para los conductores.
En colonias como Ejército Constitucionalista, en la alcaldía Iztapalapa, vecinos reportan la desconexión recurrente de semáforos en el cruce de Avenida Telecomunicaciones y calle Enrique Contel.
“Siempre hay gente que desconecta los semáforos en la madrugada, y al día siguiente ya están dirigiendo el tránsito. Pareciera que lo hacen con toda la intención de pedir propinas, o hasta reclamar dinero a los conductores y peatones que caminan por la zona, de por sí peligrosa”, comentó Raúl Jiménez, residente de la zona.
Situaciones similares han sido reportadas en Valle de Chalco Solidaridad, Estado de México, específicamente en la Avenida De Los Santos. Aquí, los habitantes aseguran que estas prácticas son frecuentes en horarios de mayor flujo vehicular.
“Ya son varias semanas que el semáforo de la esquina está descompuesto y siempre aparecen estas personas. Además, cuando no les das dinero, se molestan y hasta golpean los carros o insultan a los que solo buscamos cruzar la avenida”, denunció una ciudadana que transita diariamente por esta vialidad.
En otros puntos de la capital, como Circuito Interior a la altura de Abasolo, en la colonia Del Carmen, alcaldía Coyoacán, usuarios denuncian que franeleros han llegado incluso a establecer “casetas” improvisadas para realizar cobros. “A partir de las 5 de la tarde, generan un cuello de botella y, si no les das dinero, te amenazan”, relató un automovilista afectado que prefirió mantenerse en el anonimato.
El modus operandi
La forma de operar de estos grupos sigue un patrón que ha comenzado a ser identificado tanto por ciudadanos como por autoridades en otras ciudades del país. Todo comienza con la desconexión o el daño deliberado de los semáforos, lo que provoca un caos vial que es aprovechado por franeleros, limpiavidrios y “viene, viene” para colocarse en los cruceros y “ayudar” a dirigir el tránsito a cambio de propinas.
En el mejor de los casos, los semáforos son simplemente desconectados y las autoridades logran reconectarlos en unas cuantas horas. Sin embargo, también se han registrado casos en los que los dispositivos son dañados, lo que puede prolongar su reparación por días. Durante ese tiempo, los grupos responsables continúan operando y obteniendo ingresos de los conductores que, en muchos casos, se sienten obligados a cooperar.
Una práctica que trasciende fronteras
Si bien este modus operandi ha comenzado a recibir atención en la capital y el Estado de México, también ha sido identificado en otras ciudades del país, como Guadalajara y Monterrey. En estas localidades, las autoridades locales han instalado cámaras de vigilancia en los puntos más conflictivos y han descubierto que los mismos grupos regresaban continuamente a descomponer los semáforos después de que eran reparados.
En Guadalajara, la Agencia Metropolitana de Infraestructura para la Movilidad (AMIM) detectó que diversos grupos de personas dañan de forma sistemática los semáforos para conseguir dinero.
El motivo, como en lla CDMX, es prestar el “servicio” para dirigir el tránsito a cambio de propinas, un tipo de fraude para los automovilistas que circulan por ahí. La dependencia asegura que son al menos dos horas lo que se tarda la reparación de cada semáforo, tiempo en el que puede ocurrir un grave percance.
“Cada que esto ocurre, una de las unidades de semáforos con dos elementos asisten al cruce y realizan la reconexión de cables. En promedio se llevan dos horas en que el semáforo se vuelve a dejar en servicio. El gasto de material no es mucho, pero es más el peligro de dejar un cruce sin semáforos y los accidentes que podrían ocurrir a conductores y peatones”, explicó la encargada del área de comunicación de la AMIM.
Posición de las autoridades locales
En la Ciudad de México y el Estado de México, los oficiales consultados sobre esta situación afirman que, aunque han recibido comentarios informales por parte de vecinos y automovilistas, no existen denuncias formales registradas sobre estos hechos. Esto, aseguran, limita su capacidad de acción.
“Los vecinos suelen comentar de forma general lo que ocurre, pero no hay reportes oficiales que podamos registrar o atender. Esto dificulta actuar directamente en estos casos”, explicó un policía asignado a la colonia Ejercito Constitucionalista en Iztapalapa.
Un oficial en Valle de Chalco Solidaridad comentó algo similar: “Hemos visto la presencia de estas personas en los semáforos, pero si no hay una denuncia formal, nuestra intervención es limitada. Invitamos a los ciudadanos a reportar cualquier irregularidad para que podamos proceder conforme a la ley”.
La percepción ciudadana
A pesar de la falta de denuncias formales, los ciudadanos expresan su frustración ante la inacción de las autoridades. “Queremos que se tomen medidas porque no podemos permitir que esta estafa se normalice”, exigió Raúl de Iztapalapa, e hizo un llamado a la vigilancia constante en los cruceros afectados: “Si las autoridades no pueden intervenir, los ciudadanos estamos completamente desprotegidos”.
Las autoridades hacen un llamado a la ciudadanía a que, si se detectan semáforos descompuestos en su zona, acompañados de personas dirigiendo el tránsito y pidiendo dinero, pueden reportarlo al 911 o a las líneas de atención ciudadana de su localidad.