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La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, encabezó un acto conmemorativo por los 700 años de la fundación de México-Tenochtitlán. En esta ceremonia, se emitió una declaratoria oficial que proclamó el año 2025 como el Año Conmemorativo de la Fundación de México-Tenochtitlán.
Estas acciones abrirán las puertas a un sinfín de actividades culturales, académicas y sociales en honor a esta gran ciudad que fue el corazón de una de las civilizaciones más impresionantes de la historia de la humanidad.
El acto, que se celebró en el Templo Mayor, tuvo la presencia de autoridades de diferentes dependencias de gobierno, así como representantes de los pueblos originarios de la Ciudad de México.
En su mensaje, Clara Brugada resaltó la importancia de este evento para la memoria colectiva, subrayando que el 2025 será un año de celebración, de recordatorio y de reflexión sobre la grandeza de México-Tenochtitlán.
“¡Viva la resistencia indígena! ¡Viva México-Tenochtitlan!”, dijo, y dedicó un reconocimiento especial a los representantes de los pueblos originarios de la Ciudad de México, quienes fueron invitados a ponerse de pie y recibir un aplauso por su valioso aporte cultural.
En su discurso, destacó que este año que comienza será crucial para realizar un abanico de actividades conmemorativas de los 700 años de la fundación mítica de México-Tenochtitlán, cuyo asentamiento se remonta al año 1325. Recordó cómo, según las primeras crónicas, los mexicas se establecieron en un islote en el lago de Texcoco tras recibir la señal divina de Huitzilopochtli, dios de la guerra, quien les indicó que fundaran una ciudad en el lugar donde encontraran un águila erguida sobre un nopal desgarrando una serpiente.
“Ese pueblo que peregrinó durante cientos de años, se estableció en esta tierra frágil, pero como les había dicho su dios, aquí florecerían y construirían uno de los imperios más asombrosos que ha conocido la humanidad”, expresó Brugada, haciendo énfasis en cómo, pese a las adversidades que enfrentaron, los mexicas lograron erigir una ciudad de dimensiones monumentales y de una riqueza cultural, política y religiosa sin igual.
México-Tenochtitlán, explicó la jefa de gobierno, fue un crisol de conocimientos y tradiciones ancestrales, que incluyeron desde el cálculo astronómico hasta la agricultura en chinampas, pasando por la ingeniería hidráulica y la creación de impresionantes obras arquitectónicas.
De acuerdo con Brugada, la ciudad, a lo largo de 200 años de construcción, no solo fue un centro cultural y político de gran importancia en Mesoamérica, sino que se convirtió en un símbolo de resistencia frente a la invasión española. A pesar de la destrucción de sus templos y calzadas, y del saqueo de sus riquezas, la memoria de Tenochtitlán no desapareció, sino que fue absorbida por la historia de la Ciudad de México, que sigue asombrando a los habitantes de la capital y a quienes estudian su legado.
Este 2025, continuó Brugada, se dedicará a resaltar la importancia de México-Tenochtitlán, no solo en términos históricos, sino también como un espacio cultural vivo. Durante todo el año, el Gobierno de la Ciudad de México llevará a cabo una serie de actividades, tales como conferencias, talleres, espectáculos artísticos, rituales, ceremonias y danzas, que estarán dirigidas a honrar a los pueblos originarios y a visibilizar sus expresiones culturales. Brugada también mencionó su intención de recorrer todos los pueblos originarios de la ciudad para rendir homenaje a su contribución al desarrollo de la capital y del país, subrayando que, a partir de este momento, se fortalecerán las expresiones culturales indígenas que han estado marginadas por siglos.
Por otro lado, la secretaria de Cultura en la Ciudad de México, Ana Francis López-Bayghen, resaltó la relevancia de la conmemoración de los 700 años, señalando que esta es una oportunidad única para reflexionar sobre los orígenes históricos, culturales y simbólicos de Tenochtitlán. “La llegada de los mexicas a la Cuenca de México en 1325 marcó el inicio de un legado que sigue vigente en la identidad y el imaginario colectivo de todos los mexicanos”, subrayó López-Bayghen.
Añadió que la conmemoración no solo recordará el asentamiento de los mexicas en el islote de un lago, sino también el asesinato de Cuauhtémoc, último tlatoani mexica, a manos de los conquistadores españoles, lo que representa tanto las raíces profundas de la cultura mexicana como la dolorosa experiencia de la colonización.
López-Bayghen, además, hizo un llamado a los ciudadanos para que, durante este proceso conmemorativo, puedan revisar su historia sin los vestigios de la vergüenza colonialista, y se reconozcan en el legado de los pueblos originarios que fundaron y vivieron en Tenochtitlán. En su discurso, enfatizó la importancia de revivir la memoria de la gran ciudad mexica, especialmente en un espacio como el Templo Mayor, donde han sido preservados los vestigios de la antigua civilización.
Finalmente, Nelly Antonia Juárez Audelo, secretaria de Pueblos y Barrios Originarios y Comunidades Indígenas Residentes, destacó el simbolismo detrás de la figura del águila sobre el nopal, que representa la resistencia y la cosmovisión mexica. Juárez Audelo mencionó que México-Tenochtitlán fue una ciudad inclusiva y pluricultural desde su origen, en la que diversas tribus convivían y formaban una red de alianzas, comercio y tributos.
En su intervención, hizo un llamado a la unidad y a la preservación de los valores de la cultura indígena, subrayando que, a pesar de las adversidades, los símbolos de la resistencia y la cosmogonía mexica siguen vivos en la Ciudad de México.
El acto concluyó con un compromiso por parte de las autoridades de hacer del 2025 un año de unidad y reconocimiento a las culturas originarias, y a la memoria viva de México-Tenochtitlán, que sigue siendo un pilar en la identidad de la capital y del país.