Esta semana, vendedores ambulantes regresaron a la Alameda Central, tras una negociación con el Gobierno capitalino. Los comerciantes reinstalaron sus puestos en el histórico parque, reanudando la venta de alimentos, discos y artesanías, incluyendo productos de la comunidad Mazahua, en zonas como la Avenida Juárez, las entradas a las fuentes y el interior del espacio público.
La reincorporación se dio luego de una reunión entre representantes de los comerciantes y funcionarios locales. Según los vendedores, el acuerdo les permitió retomar sus actividades en un sitio que, en diciembre pasado, había sido desalojado por un operativo encabezado por la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) y personal de la administración capitalina.
Durante esa intervención, más de 500 policías retiraron a los vendedores de la explanada del Palacio de Bellas Artes y sus alrededores, dejando a la Alameda Central como uno de los pocos espacios donde continuaba la presencia del comercio informal.
En aquella ocasión, el Gobierno justificó la medida argumentando que el ambulantaje afectaba el acceso libre a zonas emblemáticas del centro histórico.
Frente al reciente regreso, la jefa de Gobierno, Clara Brugada, aseguró que su administración trabajará para garantizar el respeto por los espacios públicos mediante el diálogo.
“Los lugares como la Alameda Central y Bellas Artes deben ser disfrutados por todas las personas sin restricciones. Vamos a construir acuerdos con los comerciantes, siempre velando por los derechos humanos, pero también cuidando que no se afecte la experiencia de locales y turistas”, señaló la mandataria.
Brugada subrayó que la Secretaría de Gobierno, liderada por César Cravioto, estará a cargo de mantener un diálogo constante con los grupos de comerciantes para evitar conflictos y preservar el orden.
Además, hizo un llamado a proteger la accesibilidad y el carácter cultural de estos espacios, al tiempo que reiteró que no se permitirá un comercio desordenado que obstaculice la libre circulación.
Por ahora, la presencia de los vendedores ambulantes en la Alameda Central continúa bajo observación. Aunque algunos ciudadanos valoran la oferta económica y cultural que representan, otros expresan su preocupación por el impacto en el paisaje urbano y el uso público del parque.