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Este martes, integrantes del colectivo Resistencia Pulquera se manifestaron en distintos puntos de la ciudad, bloqueando vialidades como Eje Central y Ermita Iztapalapa. Los inconformes acusan que el gobierno ha emprendido una campaña en su contra bajo el pretexto de la regulación, lo que ha derivado en la clausura de más de 10 pulquerías en lo que va del año.
Desde el inicio de 2025, decenas de pulquerías en la Ciudad de México han sido cerradas como parte de un operativo de verificación administrativa. Sin embargo, dueños y trabajadores de estos establecimientos denuncian que estas medidas son excesivas y ponen en riesgo una tradición ancestral que forma parte de la identidad capitalina.
La protesta se organizó luego de que más de diez pulquerías cerraran en los primeros meses del año, lo que, según los manifestantes, afecta no solo a quienes trabajan en estos espacios, sino también a pequeños productores de pulque en estados como Tlaxcala, quienes dependen de la venta en la capital para sostener su actividad.
Regulación en disputa
El Gobierno de la Ciudad de México ha defendido su postura asegurando que no existe una política en contra de las pulquerías, sino que la clausura de ciertos establecimientos responde a la aplicación del programa “La Noche es de Todos”.
Esta estrategia busca regular la venta de alcohol en la ciudad y evitar que ciertos lugares operen sin las condiciones adecuadas.
“El pulque es parte de la identidad de la Ciudad de México y no tenemos interés en cerrar estos espacios si cumplen con la normatividad”, afirmó la jefa de Gobierno, Clara Brugada, al ser cuestionada sobre el tema.
Explicó que las clausuras han sido producto de inspecciones que han detectado irregularidades como falta de permisos o incumplimiento de horarios.
Sin embargo, los manifestantes sostienen que la estrategia se ha aplicado de manera indiscriminada, afectando incluso a negocios que cumplen con las reglas.
Aseguran que muchas pulquerías operan con permisos en trámite o enfrentan trabas burocráticas que dificultan su regularización.
Exigen reconocimiento cultural y apertura de diálogo
Entre sus principales demandas, los dueños de pulquerías exigen un reconocimiento formal de estos espacios como parte del patrimonio cultural intangible de la ciudad, así como la certeza jurídica para su operación.
También piden un diálogo directo con la jefa de Gobierno para establecer un mecanismo que permita la reapertura de los negocios cerrados sin la imposición de multas excesivas.
El secretario de Gobierno, César Cravioto, anunció que este mismo martes se reuniría con los representantes del gremio para escuchar sus preocupaciones y buscar acuerdos. “Queremos que haya vida nocturna, pero con orden. No estamos en contra de los negocios, sino de la ilegalidad”, aseguró.
Al mismo tiempo, la protesta en las calles continuó con bloqueos intermitentes y la distribución de volantes informativos sobre la importancia del pulque en la cultura mexicana.
Para los manifestantes, más que una disputa comercial, el conflicto representa la defensa de una tradición que ha perdurado desde la época prehispánica y que hoy enfrenta un nuevo desafío en la Ciudad de México.