
“La vocación en la ciudad ha cambiado, crecen las ventas al mayoreo y de comercio al menudeo a través de plataformas digitales y como vemos hoy las cosas nos lleva a deducir que nuestra ciudad no será más una fábrica. Si bien tenemos todavía más de 300 empresas que tienen que ver con la manufactura, las perspectivas nos dicen que nuestra ciudad será más de servicios”, destacó Inés González Nicolás, secretaria del Trabajo y Fomento al Empleo de la Ciudad de México.
Durante un encuentro con integrantes de la Asociación de Empresarios de Iztapalapa, la funcionaria capitalina estimó que la CDMX dejará de ser una fábrica para convertirse en un lugar de servicios, operaciones digitales y nuevas modalidades de comercio.
Sobre este punto, Inés González subrayó que todas las empresas manufactureras que aún existen en la metrópoli deben ver esta transformación como una oportunidad y no como un desafío.
La titular del trabajo de la CDMX al referirse a las relaciones laborales entre empleadores y el personal, refirió que hay muchas empresas reconocidas con distintivos oficiales por sus buenas prácticas de trabajo, inclusivas e igualdad sustantiva, pero también existe un rezago de más de 100 mil expedientes de controversias en la Junta de Conciliación y Arbitraje, que cerró y no recibe más casos.
“No somos una institución punitiva que esté pensando cómo generar ingresos por sanciones, tengan la certeza de que el gobierno está para contribuir para que se cumpla y que tengamos la posibilidad de diálogo, no de sanción, pero hay una deuda histórica con la justicia laboral”, apuntó.
Al insistir sobre este factor, resaltó que el nuevo Centro de Conciliación Laboral recibe en promedio mil personas por día, mientras que la Procuraduría de Defensa del Trabajo atiende un aproximado de 120 por jornada.
Por su parte, Rubí Sánchez, presidenta de la Asociación de Empresarios de Iztapalapa, expuso que entre los retos que enfrenta la capital del país destacan la generación de empleos formales y de calidad, capacitación y actualización de la fuerza laboral, consolidación de políticas públicas que incentiven la inversión y crecimiento de las empresas, así como acceso a programas de apoyo para expandir los negocios y mejorar sus condiciones de trabajo.
“Sabemos que el éxito de una empresa no sólo se mide en utilidades, sino en la calidad del empleo que genera, en las oportunidades que brinda y en la estabilidad que ofrece a las familias, por ello nuestra relación con la Secretaría del Trabajo no debe ser ocasional, sino constante, estructurada y productiva” subrayó.