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La Secretaría de Gobierno capitalina (SECGOB) aceptó la solicitud de los vecinos de suspender la construcción del albergue para migrantes en el cruce del Eje 2 Eulalia Guzmán y Plan de San Luis de la colonia Nueva Santa María y verificar si previamente la administración anterior liderada por Claudia Sheinbaum, autorizó la edificación de una casa de cultura en ese predio.
Sin embargo, algunos de los manifestantes —quienes acumulan más de una semana de plantón al exterior del sitio— acusan que la obra es un pretexto para expulsar a los habitantes de sus hogares, que las personas en tránsito causen molestias y a corto plazo, las viviendas sean vendidas y en esos sitios se levanten grandes inmuebles de departamentos que provoquen la gentrificación en la zona norte de la capital.
Los habitantes no cedieron a las presiones y aparentes desatenciones de algunos funcionarios como el Subsecretario de Gobierno, Fadlala Akabani, quien, acusan, no tuvo la intención de escuchar las razones por las que la colonia no tiene las condiciones de infraestructura para albergar a más de 300 migrantes, así como educativas, de recreación, seguridad ciudadana, espacios públicos y oportunidades laborales y a la brevedad, en las vialidades secundarias se emulen campamentos rebasados como la Plaza Giordano Bruno en la colonia Juárez, la avenida 100 Metros en Vallejo o la Plaza de la Soledad en el barrio de la Merced.
Inclusive, narran, no fueron intimidados cuando en medio de las súplicas para detener la obra del albergue, el Gobierno capitalino ingresó costales de cemento, varillas y grava al predio, sin que se tomaran en cuenta sus predicciones de que las intenciones por albergar a personas en tránsito en la Ciudad de México, han fracasado y la rápida llegada de estas personas ha colapsado las casas de estadía y los han orillado a dormir, convivir e instalar viviendas irregulares en calles, parques, banquetas, explanadas y áreas de juegos infantiles.
GCDMX revisará aval de Sheinbaum para casa de cultura
A las 21:15 horas, los vecinos se declararon victoriosos tras un encuentro con el secretario de Gobierno, César Cravioto, quien, a pesar de los pronósticos de los habitantes en el sitio que esperaban una imposición que haría realidad el albergue, decidió suspender el proyecto y abrir el paso a revisar toda la documentación con la que cuentan los colonos para que la única obra que se pueda autorizar en el sitio sea una casa de cultura.
“Pedimos que nos enseñen toda la documentación de la construcción, también dimos papeles de la casa de cultura que se han tramitado desde el 2015, van a ver todo lo que se manifestó con vecinos y administraciones anteriores y si llegan a observar que hay firmas para hacer la casa de cultura, sería lo más viable. Salimos satisfechos”, mencionaron Sandra Amescua y Patricia Calderón, COPACOS Nueva Santa María.
“Nos dijeron que por ser eje, no podrían estar ahí (los migrantes) pero no vieron las calles secundarias. Ellos (Gobierno) fijaron su postura de por qué sí al albergue, nosotros la nuestra y es un rotundo no y hay un antecedente para la autorización de la casa de cultura, algo que el secretario de Gobierno no sabía, van a revisarlo e iniciarán las mesas de diálogo”, dijo José Luis Zárate, COPACO de la colonia.
Reafirmaron que mientras se desarrollen las mesas de diálogo, el plantón seguirá.
“Ellos consideraron que el albergue reunía las condiciones por el eje vial y contener a los migrantes, pero saben que donde lo pongan puede haber conflicto, se está valorando”, relató Antonio Madero, vecino.
Compartieron que el Gobierno está consciente de que en la zona puede ocurrir una situación similar a la colonia Juárez, con calles y espacios públicos convertidos en hogares de personas en tránsito.
Temen que el albergue sea un plan de corrupción inmobiliaria
Previo que se conociera la decisión de Cravioto, algunos vecinos, como Pilar Meléndez, compartieron que el proyecto del albergue podría ser un modus operandi para impulsar la gentrificación, dado que el descontento de que migrantes vivan en las vialidades e invadan los espacios públicos para armar sus chozas, una vez que el albergue esté rebasado, provocaría que varios de los colonos de Plan de San Luis pongan a la venta sus viviendas e inmobiliarias, con el apoyo de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi), adquieran los predios, se unifiquen y levanten grandes torres de departamentos, como ha ocurrido en múltiples colonias de la alcaldía.
Con ello, compartió la vecina, crecería la problemática de falta de agua e inseguridad, ya que los criminales podrían acusar a las personas en tránsito de delinquir, cuando los responsables son otros grupos.
Narran que el Gobierno central, al ser el responsable de otorgar la mayoría de los permisos de construcción, favorecería a los desarrolladores inmobiliarios. Previamente, en 2021, el Sistema de Aguas Sacmex advirtió a la constructora que edificó un inmueble en Granjas México, en la colonia Libertad, que el complejo de departamentos se edificó en una zona con problemas en la presión de agua, por lo que el organismo le solicitó que se adaptara a las condiciones en el suministro.
Otros de los predios en esa alcaldía que pasaron de casas a edificios en zonas con graves problemas de suministro de agua son el conjunto Sabino Park Urbania, en la colonia Ampliación del Gas y Punto Azcapotzalco, en la colonia Arenal, con 415 viviendas construidas por Grupo Corintio.
Por igual, temen que al ser la mayoría de los habitantes, personas de la tercera edad, el flujo de personas en las calles secundarias sea aprovechado por criminales para despojarlos de sus viviendas, incidentes que aún sin migrantes en la colonia, existen en el barrio.
Denunciaron que la casa de cultura avalada por Sheinbaum no es una realidad debido a que la actual alcaldesa, Nancy Núñez, abandonaba las votaciones en el Congreso capitalino para dotar de recursos a Azcapotzalco cuando se desempeñaba como diputada, a causa de su descontento con la anterior administración panista.
De predio de Ruta 100 a albergue
Una de las inconformes, Sandra Amescua, narró que el Gobierno capitalino nunca detalló la estructura del albergue, así como documentación que exhibiera el impacto social, a los servicios y la capacidad de contención de más de 300 personas en tránsito dentro de un predio.
“Nos faltan muchos servicios dentro de Azcapotzalco, hemos visto que la llegada de inmigrantes acelera la inseguridad y no queremos que sea un foco rojo con la llegada de ellos”, acusó.
Relató que el predio, que abarca desde Plan de San Luis hasta Cocoteros, era utilizado como vivienda e instalaciones de la extinta Ruta 100, para después ser un lavado de autos. Luego de la huelga tras la desaparición de ese medio de transporte, el predio fue cerrado y expropiado por el exjefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera y posteriormente, Claudia Sheinbaum, decidió que el lugar fuera aprovechado para una nueva casa de cultura.
“La alcaldía no se ha acercado para nada, en ningún momento han dado la cara. Nancy Núñez menciona que más deporte y más cultura, aquí puede ser el centro de cultura más grande de Azcapotzalco”, acusó.
“No es discriminación ni xenofobia, es que la Ciudad de México no tiene la infraestructura para tener albergues, se ha comprobado en la colonia Juárez, en Tláhuac, en Gustavo A. Madero, todos los siniestros que han ocurrido con estas personas”.
Más de 60 vecinos se turnaron para hacer guardia en el campamento. De manera organizada, en el lugar colocaron casas de campaña, sillas, carpas, extensiones con focos para iluminar, una pequeña despensa con insumos y resistencias para calentar agua para preparar café o té y que los días pasen más rápido y reduzcan la incomodidad de vivir en la calle.
Los sellos de suspensión en el zaguán del inmueble fueron colocados por los habitantes, lo que llaman clausura ciudadana y así visibilizar las múltiples problemáticas en el sector, como falta de agua y creciente inseguridad, limitaciones de servicios que señalan, Nancy Núñez, ignoró y desdeñó tratar con el Gobierno central.
A pesar de la lluvia, la causa por suspender la obra no se detuvo, inclusive entre cada alto del semáforo del Eje 2 Norte, los vecinos mostraban carteles en la vialidad para expresar su rechazo al albergue, manifestación que era apoyada por los conductores, los cuales, tocaban sus bocinas y gritaban “no al albergue vecinos“.
