
Cerca de las 8 de la noche de este viernes, personal de la Procuraduría Ambiental y de Ordenamiento Territorial (PAOT) y de la Fiscalía General de Justicia, llegó a una casona de la Obrera donde fueron abandonados un número indeterminado de perros. Los vecinos pensaron que, por fin, se llevarían a los animales, luego de que avisaran que la manada había matado al más débil para devorarlo; no pasó. Las autoridades sólo aseguraron la propiedad y los dejaron encerrados.
La acción oficial fue terminada con el saqueo de objetos diversos del lugar. Los funcionarios públicos bajaron de los vehículos oficiales de la PAOT con jaulas para llevarse a los animales que viven en el inmueble ubicado en José Joaquín Pesado, marcado con el número 33, sin embargo, aseguraron que por el exceso de basura el rescate sería imposible.
Incluso, dentro de la brigada de la procuraduría que acudió al sitio había un veterinario, mismo que, de acuerdo con los vecinos, se limitó a ver y nunca se acercó a los animales.
Al inmueble en ruinas, ingresaron Policías de Investigación (PDI) por la parte de arriba a través de una escalera y por la puerta principal luego de derribarla, supuestamente, para revisar las condiciones en las que los perros están viviendo.
El personal de la dependencia de justicia capitalina arribó en la camioneta con placas FGJ-78-A2 y pidió a los elementos de la PAOT permitieran hacer una revisión previa.
De acuerdo con los vecinos los PDI saquearon el inmueble lo más rápido que pudieron. Se llevaron las transportadoras para perro que se encontraban en la azotea, herramientas, escaleras metálicas y hasta la bandera de México que el dueño del lugar había puesto con motivo de las fiestas patrias.
Mientras esto sucedía el equipo de la PAOT liderado por, Antonio Olivo, informaba a los vecinos que regresarían después para realizar el rescate.
Los vecinos temen que abandonen a los animales.
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