Metrópoli

Alebrijes, la única artesanía de origen chilango

El Gobierno capitalino reconoció a la familia Linares, creadora de los alebrijes; que surgieron de los sueños del artesano Pedro Linares

En el desfile de los alebrijes recuerdan con los fallecidos en el temblor de ese año con una águila rosa, 2017

En el desfile de los alebrijes recuerdan con los fallecidos en el temblor de ese año con una águila rosa, 2017

Tomás Chávez Hurtado

La familia Linares fue reconocida por el Gobierno capitalino por contribuir a preservar la elaboración de los alebrijes, seres fantásticos y coloridos, creados por el artesano Pedro Linares López en su taller de La Merced y que con el paso del tiempo se convirtieron en Patrimonio Cultural Intangible de la Ciudad de México.

Durante el evento, el jefe de Gobierno, Martí Batres, recordó que el 30 de diciembre de 2019 se publicó en la Gaceta Oficial la Declaratoria de los Alebrijes de Pedro Linares como Patrimonio Cultural Intangible de la Ciudad de México, con el objetivo de proteger y enaltecer esta artesanía que ha aportado un gran valor a las tradiciones, el arte popular y el turismo mexicano, por lo que era imprescindible rendir un homenaje a sus creadores.

Foto: GCDMX

Foto: GCDMX

Los alebrijes fueron inventados y nombrados por el artesano Pedro Linares (1906-1992), originario de la Ciudad de México, especializado en la fabricación de piñatas, máscaras de carnaval y figuras de Judas de papel maché. Pedro enfermó a los 30 años, perdió la conciencia y cayó en un profundo sueño en el que se le revelaron unas criaturas extrañas que cambiarían su destino como artesano de La Merced.

Se dice que, en cama e inconsciente, Pedro soñaba con un lugar interesante, lleno de paz, como un bosque en el que había árboles, rocas y animales; él sentía que todo estaba en calma, no experimentaba dolor alguno y era feliz por estar caminando ahí; de repente, los animales se convirtieron en criaturas extrañas, no los podía distinguir porque eran de una naturaleza muy rara. Vio un burro con alas, un gallo con cuernos de toro, un león con cabeza de perro. Todos esos animales gritaban: ¡Alebrijes, alebrijes, alebrijes!.

El mandatario capitalino destacó que Pedro Linares creó los alebrijes a los 30 años, en los mismos talleres donde hoy en día sus descendientes continúan con su elaboración. Gracias a su obra, obtuvo reconocimiento nacional e internacional, su labor se plasmó en documentales y recibió el Premio Nacional de Artes y Ciencias de México en la categoría de Artes y Tradiciones Populares. A su vez, desde el 2007 el Museo de Arte Popular realiza el Desfile de Alebrijes Monumentales.

En su intervención, la antropóloga Marta Turok, resaltó que Pedro Linares dio un giro a la cartonería, al pasar de las figuras de los famosos “Judas” a los alebrijes.

“En la década de 1940 surge Pedro Linares, un artesano de tercera generación del barrio de La Merced, jocoso, dicharachero y muy trabajador; trabajaba en el techo de la casa, acompañado de sus hijos. Sin ‘querer queriendo’, revolucionaría a este noble oficio, sería un testigo más de su tiempo. La segunda mitad del siglo XX se caracterizó por numerosas innovaciones y redireccionamiento del quehacer artesanal, al surgir un nuevo consumidor abierto a nuevas expresiones. De “judas” a alebrije fue un proceso de transformación”, comentó.

Leonardo Linares, nieto de Pedro Linares, agradeció a las autoridades capitalinas por la declaratoria y el reconocimiento, acciones que consideró un punto de partida para que el gremio artesanal sea respetado.

“Gracias a esto, a esta iniciativa que ha tenido nuestro Gobierno de la Ciudad de México, tenemos ahora un bien inmaterial de los alebrijes de Pedro Linares, porque es la única artesanía mexicana, chilanga, que tenemos de la Ciudad de México, todas las demás son artesanías residentes dentro de nuestra Ciudad de México, pero la única artesanía de la Ciudad de México es el alebrije”, destacó

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