A 36 años de que la Unesco declarara el área natural de Xochimilco como Patrimonio Mundial de la Humanidad, los 180 kilómetros de canales interconectados de la zona turística, urbana y agrícola, lanzan un grito de auxilio.
En el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, celebrado cada 5 de junio para fomentar la conciencia global y la acción en favor del hábitat natural, habitantes de la demarcación denunciaron que la zona chinampera y el sistema lacustre de Xochimilco denotan un grave descuido, que más que afectar a quienes los visitan, significa un problema en cuanto a la conservación del hábitat.
Visitada por alrededor de 6 mil personas cada fin de semana, el área patrimonial de la alcaldía es ahora sólo una huella del México-Tenochtitlan prehispánico, un entramado de islas e islotes sobre el lago de Texcoco, que se ha ido secando y contaminando con el paso de los siglos.
Aunque las zonas de mayor contaminación se encuentran alejadas de la zona turística, en donde el principal atractivo es el recorrido en trajineras y en donde la gente consume alimentos abordo de las embarcaciones, el agua contaminada llega hasta allá.
En un recorrido realizado por Crónica, se pudo constatar el deplorable estado en el que se encuentran algunas áreas de los lagos de Xochimilco, cuyos canales y chinampas están conformados por aguas que se oscurecen más en las zonas menos visitadas.
Conforme se avanza por la ruta “olvidada” hacia la parte urbana, el hedor se hace más notable, mientras que el agua cobra la apariencia de lodo, burbujeante y cubierto por una espesa nata.
“Xochimilco es probablemente el lugar turístico más engañoso de la Ciudad de México. El agua está sucia, la fauna ya no habita los lagos como lo hacía antes, huele mal, mucha basura en las orillas, te intentan estafar en los alrededores, es caro y la verdad no vale la pena”, expresó uno de los vecinos que viven cerca de la zona.
Ernestina Arroyo recuerda que tras vivir cerca del lugar desde hace más de 30 años, a un costado de un canal, el agua no estaba tan contaminada. Ahora, en época de calor, el olor se vuelve insoportable y se cuela en las viviendas.
“Es una situación lamentable, y el alcalde no pone la atención que debería, lo que es raro, pues al ser una parte de Xochimilco a la que visitan miles de personas, tendría que estar mejor cuidado y protegido, porque al fin y al cabo es la imagen que da sobre toda la alcaldía”, dijo otra habitante.
En algunos sitios como en San Gregorio, uno de los pueblos de Xochimilco, existen las llamadas descargas de drenaje, descargas de aguas negras y grises que contaminan todos los días los canales y chinampas de Xochimilco y que desde hace años afectan el entorno.
Las descargas son parte de tuberías que llegan principalmente de zonas habitacionales e incluso de empresas dedicadas a la crianza de cerdos.
Un censo realizado hace años a lo largo de 116 kilómetros de canales de esta zona turística por el Instituto de Ingeniería de la UNAM, apoyado por la Secretaría de Ciencia del DF y por un grupo de canoeros de la zona, reveló que en Xochimilco existen mil 373 descargas visibles y más 916 predios con descargas directas a las aguas de los canales. El censo se realizó durante un año navegando los canales en un kayak.
Tan sólo el año pasado, el Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex), informó sobre la construcción del colector San Pedro Atocpan, el cual formó parte de las acciones tomadas para evitar que las aguas negras sean descargas directamente a los embarcaderos de Xochimilco.
Sin embargo, en diciembre de 2022, se determinó suspender las obras de construcción etapa 2 y 3 en toda su longitud hasta que se lleven a cabo las mesas de trabajo para definir de manera conjunta los trabajos para el control del escurrimiento de las aguas negras.
Las condiciones actuales de los canales de Xochimilco son adversas por la contaminación del agua, el crecimiento urbano, y principalmente, por la presencia de especies exóticas que han mermado la población de ajolotes, “al grado que en estos últimos años se considera una especie en peligro de extinción”, informó Rubén Rojas, investigador del Instituto de Biología (IB) en un artículo de la UNAM.
Para la conservación del ajolote, la UNAM impulsó el proyecto Chinampa Refugio, cuyo objetivo es el rescate del anfibio. Así, dentro de esas áreas se abren zanjas, se ponen compuertas, se rehabilita y reproduce el ecosistema original del ajolote. Asimismo, se colocan otras compuertas con filtros naturales (hechas con una gran diversidad de plantas) que limpian el agua.
En ese contexto, la Máxima Casa de Estudios ha implementado una estrategia alterna en la Cantera Oriente de Ciudad Universitaria. Allí, hay cuatro lagos que son estudiados para saber cuál se asemeja más a las condiciones de Xochimilco.
“Xochimilco es un ecosistema enfermo en gran parte de lo que hoy queda”, expresó Horacio Mena González, investigador del IB.
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