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A pesar del panorama inflacionario en el país, donde la inflación anual alcanzó el 5.57% en julio y el sector educativo registró un incremento de 6.37% en precios, muchas familias y comerciantes de la Ciudad de México se las han ingeniado para sortear los altos costos de los útiles escolares.
Con el regreso a clases en la capital de un millón 400 mil alumnos de nivel básico este lunes, la compra de materiales es un reto tanto para padres de familia como para quienes ofrecen estos productos. Sin embargo, la capacidad de adaptación de la población ha sido clave para enfrentar el aumento de precios.
En la primera mitad de agosto, la inflación disminuyó ligeramente, situándose en un 5.16%, lo que ha dado un pequeño respiro a las familias mexicanas en la preparación del ciclo escolar. Aun así, algunos productos como frutas, verduras y carne continúan siendo un gasto importante, con aumentos de hasta un 15.89% en el caso de los vegetales.
Don Martín, propietario de una papelería en la alcaldía Venustiano Carranza, explica cómo la temporada de regreso a clases ha sido su mayor fuente de ingresos este año.
“Aunque los precios han subido, hemos encontrado maneras de ofrecer promociones y descuentos en paquetes de útiles. La demanda es alta, y muchas familias han preferido comprar localmente en lugar de recurrir a grandes cadenas o plataformas en línea. En ese sentido, nos hemos beneficiado”, afirma. Según Martín, el incremento en los precios ha sido moderado en algunos artículos de papelería, lo que ha permitido ajustar márgenes sin perder competitividad. “Además, muchos clientes buscan productos de marcas económicas o reutilizar materiales del ciclo anterior, lo que también ayuda a equilibrar los gastos”.
Por otro lado, Ernestina Arroyo, otra comerciante en la misma zona, no ha visto la temporada de regreso a clases con el mismo optimismo.
“Ha sido difícil competir con los grandes supermercados que tienen descuentos muy agresivos. Los precios de algunos productos como mochilas y estuches están por las nubes, y la gente prefiere gastar menos comprando en línea”, comenta. Para Ernestina, la inflación en insumos clave, como plásticos y papel, ha reducido sus márgenes de ganancia.
“Aunque la inflación general bajó un poco en agosto, en realidad no hemos sentido ese alivio en la calle. Muchas familias han limitado sus compras a lo estrictamente necesario, y eso nos afecta”.
Nelida, de 26 años y madre de dos estudiantes de primaria, comenta que este año ha sido particularmente difícil.
“Los precios de todo están por las nubes, pero uno hace lo que puede. En estas épocas compro marcas más económicas y reutilizamos algunos cuadernos y mochilas del año pasado. Gracias a Dios, en la papelería del barrio me hicieron un descuento por comprar varios productos juntos, lo que ayudó a estirar el presupuesto”.
A pesar de las dificultades, Nelida se muestra optimista y asegura que es importante que sus hijos tengan lo necesario para comenzar bien el ciclo escolar.
"Además, como los útiles están muy caros, y tuve que comprar varias cosas en línea para ahorrar. La diferencia de precios entre tiendas físicas y digitales es mucha, aunque me preocupa no poder ver la calidad antes de comprar. Este año, también decidí compartir algunos libros con otros padres, para no tener que comprar todo nuevo", explica Nelida, quien señala en el teléfono con preocupación, y cuenta cómo los altos precios afectan el inicio de clases para sus hijos.
A pesar de los desafíos económicos, las familias mexicanas y los pequeños comercios han encontrado formas creativas de adaptarse a las condiciones inflacionarias. Desde reutilizar útiles hasta aprovechar las ofertas en papelerías locales, el regreso a clases continúa siendo una oportunidad tanto para los comerciantes como para los consumidores de buscar soluciones ante la incertidumbre económica.
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