Metrópoli

Calles limpias de personas sin techo, gracias a llevárselos con fuerza bruta

La atención a personas en situación de calle, según las leyes y los protocolos, se da para apoyar a esta población vulnerable, pero desde hace un par de años la consigna es mucho más agresiva, especialmente en las zonas donde pasan funcionarios de alto nivel: hay que quitarlos de la vista pública a como dé lugar

Rescate en el metro
Levantamiento forzado de una persona sin hogar en el Zócalo de la CDMX Levantamiento forzado de una persona sin hogar en el Zócalo de la CDMX (La Crónica de Hoy)

Videos entregados a Crónica muestran cómo trabajadores de la Secretaría de Inclusión y Bienestar Social (SIBISO), institución del gobierno capitalino creada para brindar apoyo a poblaciones prioritarias, someten por la fuerza a personas en situación de calle para trasladarlos al albergue Curuña, ubicado en la alcaldía Iztacalco, con la única finalidad aparente y a como dé lugar, de quitarlos de la vista pública.

El video circula por las redes desde hace un par de días y es el último capitulo de una situación que estaba oculta hasta hace poco. Crónica comenzó a documentar la vida de las personas en situación de calle y recogió de voz de estas personas su temor a Coruña, un albergue que en teoría está para brindarles servicios. La realidad es que los sin techo aseguraron es que “te agarran y te llevan a la fuerza”. El video recientemente revelado muestra justamente esa situación.

Este procedimiento para limpiar las zonas donde pernoctan las personas en situación de calle es algo relativamente nuevo para quienes han trabajado años en la institución, la única explicación del porqué ahora se realizan estas prácticas es que, de acuerdo con una denuncia recibida en Crónica, hay “reclamos directos” de funcionarios capitalinos que observan de mala manera a estos grupos de personas en su transitar por la CDMX y Nadia Troncoso, la jefa de todas las brigadas y albergues, apoya estas prácticas e incluso insulta groseramente a quien se niega a realizarlas.

Brigadistas de atención a población prioritaria, se expone en el documento de denuncia, tienen la instrucción de hacer uso de la fuerza y llevar policías de respaldo.

“(Se) Instruye y amedranta al personal de las brigadas para que su función esté encaminada a levantar y desplazar a como dé lugar a las personas que encuentren en sus rutas de trabajo, que estén precisamente en situación de calle, para lo cual les exige que hagan todo lo que sea necesario, incluso el uso de insultos, fuerza física y agresiones, hasta solicitar el apoyo de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, para que las personas sean remitidas ante el juez cívico correspondiente”, se expone en la denuncia.

Esta suerte de limpieza social de las calles incumple el Protocolo Interinstitucional de Atención Integral a Personas que Viven en Situación de Calle en la Ciudad de México del 2020 que incluye, por lo menos, fases de primer acercamiento, primeras atenciones, activación y acompañamiento.

El protocolo especifica que quitarlos del espacio público está prohibido, pues más allá de las violaciones a los derechos humanos, provoca el ingreso de personas a centros no acordes a su perfil, remisiones a Juzgado Cívico con el pretexto de cometer faltas a la Ley de Cultura Cívica como la “obstrucción ilegal de la vía pública” y el acoso constate contra quienes, se supondría, son sujetos de atención y no de persecución desde la secretaría a cargo de la Inclusión en la Ciudad de México.

El Zócalo y calles aledañas; el Perímetro B del Centro Histórico con énfasis en las calles de Humboldt y Artículo 123; el Eje 1A Sur de su cruce con 20 de noviembre hasta el CETRAM Chapultepec; Viaducto Río de la Piedad en su cruce con Circuito Interior; Insurgentes Norte de su cruce con Circuito Interior hasta el CETRAM de Indios Verdes; Río Churubusco, Viaducto hasta el entronque con eje 6 sur aproximadamente, así como Viaducto Tlalpan, desde la zona de Hospitales hasta San Antonio Abad, además de zonas de Polanco, son las rutas prioritarias para estas acciones.

El personal del Instituto de Atención a Población Prioritaria (IAPP de la SIBISO) está a cargo de estas acciones y se supone debe ser profesional y respetuoso con quienes están en situación de calle; la realidad es que los recorridos y levantamientos muchas veces son realizados por personal con capacitación nula y con un enfoque brutalmente discriminatorio, sostiene la denuncia hecha llegar a Crónica. Los sin techo son llamados “Changoleones” o “Pokemones” o se expresa la abierta animadversión contra algunos de ellos en las comunicaciones que se tiene durante los operativos.

“Con frecuencia, hace mención de que las personas en situación de calle no son aceptables para el gobierno de la Ciudad, ni merecen ser respetadas, por lo que la forma en la que se dirige a estas personas es completamente discriminatoria”, se lee en la denuncia.

Crónica tuvo acceso a conversaciones donde la misma directora de SIBISO, Nadia Troncoso, insta a los trabajadores a quitar, a toda costa y prácticamente secuestrándolos, a las personas de la calle como se muestra en el primer video que a salido a la luz. Los comentarios despectivos están también documentados, quedando fuera del ámbito de lo profesional, ético y de respeto a los derechos humanos. 

El tejido social del IAPP, deshecho

La población sin techo sigue siendo vulnerable y ahora, los propios trabajadores que deberían atenderlos se sienten en esa situación. Exponen que viven miedo ante lo que ven a diario.

Víctor, un trabajador social de SIBISO, líder y responsable de brigadas y recorridos en la CDMX, ha sido señalado por sus compañeros como una persona “agresiva” y “amenazadora” que amedrenta a todos los trabajadores para que hagan este trabajo sucio.

Crónica tuvo contacto con brigadistas y técnicos del IAPP que afirmaron tener miedo de realizar sus actividades cotidianas dentro de instituto, “tememos las represalias al decir algo, sobre todo los que no tenemos la base. No hay insumos para tratar o curar a los pacientes, la comida que se les da a las personas muchas veces ya está echada a perder, no hay personal de limpieza y demás. Si alzas la voz o pides algo te meten miedo con ser despedido y es algo que, en este momento coyuntural por pandemia es difícil de querer perder”.

“Las pésimas condiciones dentro del instituto son consecuencia directa de la pésima administración de Nadia Troncoso, quien posee una visión burocrática de maquillar realidades que solo promueven la discriminación y la criminalización de grupos vulnerables; esto significa negarse a brindarles una atención eficaz y valiosa”, afirmó otro de los testimonios.

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