En una tarde lluviosa, los charcos en las calles de la colonia El Paraíso, en Iztapalapa se convierten en trampas peligrosas para los animales callejeros. Entre los autos y las corrientes de agua, un pequeño perro de pelaje negro y blanco busca desesperadamente refugio. Su nombre era “Lucky”, un nombre que le dieron los vecinos. Lucky no tenía hogar, como muchos de los aproximadamente un millón 200 mil animales que deambulan por las calles de la Ciudad de México, según la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial (PAOT).
La lluvia azotaba con fuerza, y cada gota que caía sobre su cuerpo era un recordatorio de su vulnerabilidad. Lucky encontró un precario refugio bajo un viejo camión abandonado, pero el suelo ya estaba inundado. Sin acceso a comida o agua limpia, su situación se volvía cada vez más desesperada. La falta de un refugio adecuado lo exponía a enfermedades y accidentes, y la convivencia con otros perros callejeros frecuentemente derivaba en peleas por los escasos recursos disponibles.
La historia que comparten vecinos sobre este cachorro es solo una de tantas. Karen Nava, cofundadora de la Fundación Toby, comparte un episodio que resume la cruel realidad de estos animales durante la temporada de lluvias. “A lo largo de nuestra experiencia hemos rescatado a perritos que se encuentran en las lluvias. Una vez, resguardamos a un cachorrito que estaba abandonado en una inundación.
El agua bajaba con fuerza, y él se había rendido, quedándose solito. Afortunadamente, lo vimos a tiempo y pudimos llevarlo con nosotros”, relata.Esta es una historia que una y otra vez se repite en la capital mexicana, donde según la PAOT, cada año, alrededor de 18 mil perros son abandonados, muchos de ellos terminando en la calle en estados de salud precarios.
La temporada de lluvias agrava aún más su situación. La falta de refugio adecuado los expone a enfermedades, hipotermia y accidentes. La comida se vuelve escasa y el agua limpia casi inexistente, aumentando el riesgo de infecciones y desnutrición. La convivencia con otros animales en espacios reducidos puede generar peleas y lesiones, agravando aún más su sufrimiento.
El Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) revela que México es el tercer país en América Latina en maltrato animal y el primero en perros callejeros. De las 27 millones de mascotas que hay en el país, el 70% de gatos y perros se encuentran en abandono, lo que implica que solo 5.4 millones tienen un hogar. La situación es alarmante, con cada dos mascotas en un hogar, hay un callejero.
Las circunstancias se agravan con los datos del Índice de las Mascotas Sin Hogar, el mayor estudio realizado sobre los factores que contribuyen a que los animales de compañía se queden sin hogar, impulsado por Mars Petcare. Este índice revela que el cambio de residencia es una razón significativa para el abandono, señalado por 1 de cada 5 personas.
Además, casi la mitad de los encuestados han perdido una mascota, y el 60% de ellos nunca la encontró. Solo el 50% de los perros y el 60% de los gatos están esterilizados, lo que resulta en camadas no planificadas que agravan el problema de los animales sin hogar.
En la Ciudad de México, la falta de una infraestructura adecuada para el cuidado y protección de estos animales contribuye a un ciclo interminable de sufrimiento y abandono. Aproximadamente 700 toneladas de heces de perro se producen en las calles diariamente, distribuidas en las 16 alcaldías.
Esta falta de condiciones higiénicas adecuadas genera focos de infección que provocan más de 100 enfermedades distintas, afectando la salud pública. Estudios realizados por la Universidad Autónoma Metropolitana señalan que los perros abandonados en la calle generan problemas significativos en materia de salud pública, ya que sus desechos contaminan el ambiente y propagan enfermedades.
Karen Nava, reflexionando sobre la magnitud del problema, comenta: “Ojalá no hubiera maltrato. Ojalá no hubiera perritos en la calle. Los perritos y gatitos en la calle son producto de la irresponsabilidad de la gente. Ojalá existan más campañas de esterilización para reducir en algunos años el número de animalitos en situación de calle. Refugios, fundaciones, rescatistas independientes, todos estamos saturados. La ayuda económica para atender a los animalitos que se rescatan a veces no llega”.
Los refugios, a menudo sobrepasados y con recursos limitados, enfrentan una lucha constante para proporcionar los cuidados necesarios. En la Ciudad de México, se estima que alrededor de 10 mil perros son sacrificados cada mes debido a la falta de espacio y recursos en los refugios.
El maltrato animal no se limita a los daños físicos visibles; también incluye el abandono y la negligencia, que causan daños psicológicos profundos. Además, el descuido de las necesidades básicas, como el suministro de alimentos, agua, refugio y atención veterinaria, son formas de maltrato que a menudo se pasan por alto.
Las consecuencias del abandono animal suelen ser agonía, depresión, pérdida de confianza, accidentes, desorientación, desnutrición, y estrés, además de las enfermedades que conlleva la desolación de los animales. En el contexto urbano, representa un problema social y ambiental, pues llegan a interferir en el tránsito de las personas, ensucian la vía pública y pueden causar agresiones.
En México, cada año se estima que 500 mil perros y gatos son abandonados. Solo en la Ciudad de México, aproximadamente 180 mil animales son condenados a morir sacrificados debido a que las personas que los tenían bajo su responsabilidad no los reclamaron de vuelta.Para controlar el fenómeno de abandono animal, es necesario concientizar a la población de que estos seres vivos sienten y tienen derechos. La implementación de políticas públicas que impulsen una cultura de respeto y cuidado de los animales es fundamental.
Karen hace un llamado urgente a la sociedad: “Me gustaría hacer un llamado a la gente para que en esta época de lluvias e inundaciones les hagan un campito en casa, tal vez en el patio. No sería lo ideal, pero si no puedes meterlo hasta tu cuarto o sala, por lo menos deja que se resguarde de la lluvia, deja que pase la inundación. Sería increíble que pudiéramos unirnos todos como sociedad y armar algún proyecto de este tipo”.
Los rescatistas afirman que el abandono animal es una problemática multifacética que requiere soluciones integrales. La concienciación sobre el respeto y el cuidado de los animales, junto con la implementación de políticas públicas que promuevan una cultura de empatía y responsabilidad, son pasos importantes. Además, la regulación de los criaderos de animales con fines lucrativos, que a menudo contribuyen al problema mediante la reproducción irresponsable, es crucial para reducir el número de animales en situación de calle.
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