
El Hospital de Especialidades Toxicológicas Venustiano Carranza de la Secretaria de Salud del Gobierno de la CDMX, en Av. Río Churubusco, atiende pacientes con abuso-dependencia a sustancias psicoactivas y alcohol; de 2018 a 2022 ha atendido decenas de miles de pacientes.
Para atender la problemática de adicciones, se lleva a cabo un protocolo con cada usuario, considerando su perfil y necesidades. Los medicamentos controlados son, evidentemente, los que se manejan con mayor cuidado. Las benzodiacepinas están en entre ellos.
El jefe de servicios de la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic), Hugo González explica que “todos los casos son específicos, hay que analizar la situación de cada paciente; su edad, actividades cotidianas, saber si suele manejar, si trabaja con maquinaria que sea peligrosa para evaluar y dar seguimiento sin exponer su seguridad”.
Las benzodiacepinas son medicamentos controlados por su alto nivel adictivo y efectos secundarios graves; las sustancias crean dependencia debido a que actúan sobre el circuito cerebral estimulando el mecanismo de recompensa natural, es decir, puede manifestarse el deseo de consumo y necesidad de hacerlo en cantidades cada vez más altas para obtener el efecto deseado.
“En realidad, mi hijo no ha dejado de drogarse”, explica una mamá que lleva siete meses acompañando a su hijo al tratamiento en la Unidad Toxicológica, “sólo cambio sus drogas por pastillas, se la pasa más sedado que antes; pero al menos ya no es violento”
Hugo Gonzales explica que el uso de las benzodiacepina se da principalmente ante cuadros agudos, indican que no es recomendable usarlas más de cuatro semanas, sin embargo en la práctica clínica va depender de la respuesta y necesidad del paciente.
“Las características que tienen estos medicamentos es que pueden producir tolerancia y potencialmente puedan producir dependencia, lo adecuado es usarlos en menor tiempo posible y llevar un control muy preciso de las dosis, los horarios e indicaciones médicas” asevera el González.
Cada persona va tener una respuesta diferente a los medicamentos por distintos factores que se deben tomar en cuenta en consulta para ajustar las dosis adecuadas.
Una mujer de 42 años con diagnóstico de depresión y ansiedad explica que los medicamentos controlados que le recetaron en la clínica, más allá de ayudarla le afectaron: “siempre me hicieron sentir como si estuviera en otro plano, luego mi ansiedad detonó más, no estaba tomando las dosis adecuadas y me afectaron más de lo que me ayudaron, llegó un punto en el que quería suicidarme”.
Ahora bien, la interacción del uso de medicamentos psiquiátricos y drogas callejeras es peligroso, “las benzodiacepinas son tranquilizantes, depresores del sistema nervioso central que no deben combinarse con otros depresores como alcohol u otras drogas porque es una contraindicación ya que causa efecto de sedación, disminución de reflejos y provocar accidentes”.
Alonso, quien lleva atendiéndose poco más de un año en el Toxicológico comparte que los medicamentos le han ayudado a suplir su consumo de piedra, sin embargo, señala, “me han ayudado, deje la piedra por las pastas (benzodiazepinas), esas las consumo con mota y me ponen chido”.
Alonso es uno de muchos que espera pacientemente su consulta mensual donde le surten medicamentos. Junto a él, muchos más.
Copyright © 2022 La Crónica de Hoy .