Martí Batres Guadarrama despuntó como activista estudiantil; encabezó el reparto de la Leche Betty que estaba contaminada con heces fecales. Y ahora, pocos días antes de su llegada a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, casi lo atrapa otro escándalo de corrupción, relacionado con los víveres destinados a los damnificados de Turquía.
En el primer escándalo, cuando era el líder de la entonces Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), fue rescatado por su mentor político, Rene Bejarano.
Batres Guadarrama encabezó en 1999, junto con otros diputados del entonces fuerte Partido de la Revolución Democrática (PRD), el reparto de la leche contaminada. A partir de ello se les conoció como los "diputados lecheros".
En enero de 1999 La Crónica de Hoy destapó el escándalo de la leche Betty y sus diputados del PRD promotores de lo que nunca fue leche de vaca, entre ellos el hoy Jefe de Gobierno de la capital del país.
Para febrero de ese año la Secretaría de Salud Federal confirmaba lo que ya se sabía: la presencia de “bacterias coliformes”, que son propias de heces fecales, en ese líquido de soya que no era leche, .
Los resultados coincidían con otra investigación hecha con antelación por la Procuraduría Federal del Consumidor.
La distribución de esa leche se llevaba a cabo seis meses atrás en 5 delegaciones políticas.
El reparto de esa “leche” contaminada en recipientes de plástico y cartón, con el logotipo del PRD, ALDF y los nombres de los diputados, se hacía a través de un par de organizaciones clientelares del entonces PRD: Unión de Abasto Popular y Frente Amplio de Acción Social.
Para ello se le pedía al solicitante de leche su tarjeta de elector, copia de actas de nacimiento de miembros de la familia y llenar una solicitud donde iba el membrete de la entonces ALDF.
El encabezado principal de la Crónica de Hoy del 27 de enero de 1999 fue “Reparten leche contaminada a cambio de afiliación perredista”.
La nota decía que 25 asambleístas vendían leche de soya contaminada y la hacían pasar como si fuera leche de vaca, según un análisis que en ese momento habían hecho profesionales de la química del Departamento de Control de Calidad de la planta de Liconsa en Tláhuac.
Según dicho análisis y según la nota publicada en ese momento decía “este producto presentó una cuenta de coliformes —bacterias que se hallan en la materia fecal, principales causantes de enfermedades intestinales— , de 300 UFC/ml. Con lo que se rebasa en 200 por ciento el mínimo aceptado para un producto alimenticio”.
Los solicitantes del producto tenían derecho a 5 litros cada tercer día y su costo era de 2.50 a 2.80 el litro.
En las credenciales que se les entregaba había un par de consignas. Una de ellas era “¡¡Juntos con el gobierno democrático!!”.
Algunos nombres de los diputados promotores del producto eran: el entonces líder de la ALDF y hoy flamante Jefe de gobierno de la capital del país, Martí Batres Guadarrama, Miguel Bortolini Castillo, Antonio Padierna Luna, Hipólito Bravo López, Ignacio Ruíz, Miguel Ángel Pelaez, Eliab Mendoza Gallegos, Elba Martha García, Francisco Chíguil y Virginia Jaramillo, entre otros.
Los diputados le habían puesto a su reparto: Nuevo Programa de Abasto de Leche.
Al siguiente día (28 de enero de 1999) la cabeza principal de este diario decía “Desafía Batres: seguiremos distribuyendo nuestra leche”.
La declaración del hoy jefe de Gobierno que llega a sustituir a su excompañera en el Consejo Estudiantil Universitario de la UNAM en 1986, Claudia Sheinbaum, se daba pese a las evidencias de que su leche que repartía no era leche.
En conferencia de prensa los diputados promotores de dicho producto afirmaban que la distribución de 120 mil litros semanales seguiría y como un gesto hacía el pueblo se bebieron un paquete de leche que les resultó “delicioso”.
Al tercer día la principal del diario volvía sobre el mismo tema: “Oficial: no es leche y está contaminada”. Eran los resultados de otro estudio.
En otro dictamen, pero ahora de la Procuraduría Federal del Consumidor se concluía: "este producto no debe ser consumido por seres humanos".
A raíz de ese hecho dichos diputados nunca pudieron arrancarse el mote de “diputados lecheros”. A su reparto lo denominaban como un "gesto de apoyo a las clases más desfavorecidas". Era leche con heces fecales y ni siquiera era un derivado lácteo.
El mismo Martí Batres, afirmaba hace 24 años que la intención del grupo del PRD no era la de hacer proselitismo político sino “acción social” a favor del pueblo.
Es más acusaba que el tema de la Leche Betty publicado por La Crónica de Hoy era una “campaña de desprestigio del salinismo”.
Con el escandalo encima el Comité Ejecutivo Nacional del PRD, que en ese entonces encabezaba el hoy presidente Andrés Manuel López Obrador, guardaba silencio. No hubo respuesta pronta al hecho denunciado que dañaba la imagen de su partido.
Los empaques de la leche lucían una vaquita y la leyenda “para la familia”.
Con el escandalo en pleno el entonces presidente del PRD en la Ciudad de México se defendía “este no es un partido lechero, es un partido político'' y el entonces diputado Javier Hidalgo, acusaba que lo publicado por este diario “es una nota de mala leche''.
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