Metrópoli

Se terminó el encanto; el AIFA luce vacío un día después de su inauguración

Los pasillos de la terminal aérea mostraban apenas un destello de ruido y murmullos casi imperceptibles de algunos asistentes, todos ellos visitantes esporádicos que aprovecharon para conocer esta terminal aérea que exhibe la grandeza de la mano de obra de ingenieros y personal del Ejército Mexicano.

Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles
Foto: Mario Camarillo Foto: Mario Camarillo (La Crónica de Hoy)

Sin los tumultos de morenistas acarreados que inundaron los pasillo y accesos del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) el pasado 21 de marzo, el nuevo aeropuerto luce vacío desde su entrada principal hasta su mirador, con una escasa presencia de curiosos y personal que labora en algunas áreas de la terminal y donde continúan con trabajos pendientes de terminar.

El encanto que anunciaba que desde el pasado lunes el nuevo aeropuerto tendría una vida acelerada se esfumó en un abrir y cerrar de ojos, y es que los pocos visitantes que aún merodean por pasillos y salas de la terminal son curiosos que no se han quedado con las ganas de conocer esta obra del actual gobierno.

Desde la terminal Ojo de Agua del Mexibús estas unidades articuladas salían con pocos pasajeros, todo lo contrario a lo vivido un día antes, cuando estos vehículos parecían latas de sardinas con pasajeros que apenas y podían moverse.

Este martes la historia mostró otro rostro, uno más apegado a la realidad para este nuevo aeropuerto que a pesar de lucir sus mejores prendas al estar recién estrenado, no cuenta con mucha presencia de posibles viajeros, y es que los comentarios más sonados señalan que la terminal aérea está muy lejos. En auto, señalaron algunos visitantes, está a más de una hora de camino desde la Ciudad de México, mientras que otros señalaban que hicieron más de 90 minutos en transporte público, lo que no favorece en su intención al AIFA para atraer a potenciales viajeros.

Los pasillos de la terminal aérea mostraban apenas un destello de ruido y murmullos casi imperceptibles de algunos asistentes, todos ellos visitantes esporádicos que aprovecharon para conocer esta terminal aérea que exhibe la grandeza de la mano de obra de ingenieros y personal del Ejército Mexicano.

Con no más de 30 usuarios las unidades del Mexibús hacían su arribo a la estación Terminal de Pasajeros en el AIFA, donde presurosos e inquietos aprovecharon la soledad que si vivía en el aeropuerto de Santa Lucía para recorrer parte de sus entrañas, todas solas y con muy pocas almas que se perdían entre los corredores y escaleras eléctricas.

Miguel estudia en un Cecytem en Tecámac y junto con otros tres de sus compañeros dijeron a Crónica que se dieron un permiso, mataron clases y se lanzaron para conocer el AIFA.

“Está chido. Y hay que aprovechar ahorita que se puede y no cobran el pasaje en el Mexi, ya después está canijo para venir, al menos que sea para viajar, pero lo veo difícil, yo prefiero ir puebleando”, comentó este joven de no más de 20 años que para tener un recuerdo de su visita al nuevo aeropuerto se tomó una selfie con sus compañeros de escuela.

Dona Betty llegó con su hijo, su nuera y sus nietos al AIFA pues tenía curiosidad por saber cómo es este aeropuerto del que tanto se habla. “Nos venimos tempranito, como a las 9 de la mañana, venimos desde Aragón y está muy lejos, ya pasan de las 12 del día y solo con el viaje ya me cansé, pero ya aquí nadie me quita la curiosidad de ver qué es esto. Además llegamos sin pagar creo 9 pesos del pasaje de cada quien, ya cuando se tenga que pagar no creo que vuelva a venir, por eso ahorita aprovechamos también para tomarnos unas fotos con la familia”, señaló emocionada por estar en este aeropuerto que a pesar de estar casi vacío permitió a los visitantes disfrutarlo sin tumultos ni apretujones.

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