Metrópoli

Locatarios venden sin permiso coral negro y especies en extinción en mercados Morelos y Sonora

A pesar de que el Gobierno Federal prohibió la comercialización de coral extraído de aguas nacionales, los elementos policiacos que transitan frente a dichos comercios, ignoran que se están cometiendo delitos

Locatarios venden sin permiso coral negro y especies en extinción en mercados Morelos y Sonora

Varias asociaciones y fundaciones encargadas de velar por el bienestar animal han impuesto denuncias en contra de dichos establecimientos.

  

"¿Tienes coral mexicano? — Sí claro. — Pero, si me lo llevo ¿Tengo que sacar un permiso? — No, nosotros lo vendemos sin permiso, pero así es todo aquí, los polis no te dicen nada", narró un locatario dedicado a la venta de coral en el "mercado de peces".

En los mercados Emilio Carranza y Sonora de las colonias Morelos y Merced, comúnmente conocidos como "los mercados de los peces y mascotas", existen innumerables especies de animales que se encuentran a la venta, sin embargo varias de ellas están en peligro de extinción o permanecen en condiciones de vida que no son aptas para un ser vivo.

Desde la entrada a los establecimientos, se aprecian envases de comida, diseñados para transportar hamburguesas o pasteles, no obstante, éstos recipientes contienen víboras, arañas y ratones, sin algún tipo de ventilación para que puedan permanecer en un ambiente parecido a su hábitat. Aunque el Gobierno Federal prohibió la comercialización de coral extraído de aguas nacionales y la Ley de Protección a los Animales del Distrito federal condena la venta y explotación de animales en la vía pública o en vehículos, los elementos policiacos que transitan al lado de dichos comercios, ignoran que se estén cometiendo delitos.

"¿Lo puedo agarrar, es una víbora? Mira papá, qué bonita se ve", comenta una niña que agita fuertemente y voltea sin cuidado un envase de comida en el que vive apretada una serpiente, que permanece enroscada por el poco espacio con el que cuenta.

Corales mexicanos prohibidos, están a la venta

Cuando Crónica acudió al mercado Emilio Carranza para verificar los testimonios de los grupos que luchan por el cuidado de los animales, se pudo verificar que la mayoría de los negocios no cumplen con las normas establecida por la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial (PAOT) y sumado a que las condiciones son antihigiénicas, se vende coral "sol", el cual se encuentra en peligro de extinción y que es una especie protegida por el artículo 420 Bis del Código Penal, que dice que el despojo de arrecifes es un delito que puede ser sancionado con una pena de dos a 10 años de prisión.

"¿Ese coral es mexicano? ¿En cuánto está? — Seis mil pesos — Pero ¿No me dicen nada los policías o tengo que sacar permiso para tenerlo en casa? — No te dicen nada, nada más échalo a tu mochila, pero ni siquiera nosotros tenemos permiso para venderlo, pero sabes que aquí todo es de esa manera. Guarda el celular, aquí no se puede grabar —".

"¿Lo debo de tener bajo un cuidado? — No, solamente que no le de mucho la luz ni que esté en la oscuridad —. 

El artículo 28 de la Ley de protección animal, obliga a los comerciantes a dar asesoría al comprador sobre los cuidados mínimos necesarios para el cuidado del animal.

En el mercado, un niño toma un perro de raza "Pug" de cuatro meses de edad; "Mami ¿me lo compras? —Vamos a ver, jajaja cómo lo agarras del cuello, ni se mueve porque no lo dejas respirar, jajaja— Andále", discuten mientras el menor mientras agita el cuello del can.

Ordenes de tribunales son ignoradas

Varias asociaciones y fundaciones encargadas de velar por el bienestar animal han impuesto denuncias en contra de dichos establecimientos, incluso un Tribunal Colegiado ordenó que la comercialización de animales se tenía que detener en la Ciudad de México.

Además, autoridades federales han emitido diversos amparos para que las especies no estén a la venta y que se sancione ese tipo de negocios, sin embargo, las autoridades de la capital se niegan a actuar y verificar la documentación que poseen los dueños de los negocios, sumado a que no intervienen cuando observan que se compran animales de manera ilícita, mercancía que, en su mayoría, es extraída de manera ilegal.

"Desde 2018 presentamos un juicio de nulidad en contra de las autoridades para prohibir la venta de animales. Como asociación, obtuvimos del Tribunal Colegiado Número 13, una orden (TJ-I/77403/2018) que determinó que no pueden vender animales, pero se argumentó que sí se puede, siempre y cuando se cumpla el artículo número 28 de la Ley de Protección Animal de la Ciudad, que destaca que todos los negocios deben de demostrar que las instalaciones, son las adecuadas para el desarrollo de la actividad; además de tener buenas condiciones sanitarias; algo que no cumplen", comentó José Luis Carranza, presidente del Frente Ciudadano por el Derecho Animal (FRECDA).

"Mira amor, qué bonitos perritos", le dice una mujer a su pareja, al mismo tiempo que patea la jaula para que los animales la vean, los perros solamente se meten abajo de los trapos en los que duermen.

Policías que no ven delitos

El artículo 10 BIS de la La Ley de protección Animal, obliga a la Secretaría de Seguridad Ciudadana, a integrar, equipar y operar brigadas de vigilancia animal para responder a las necesidades de protección y rescate de animales en situación de riesgo, no obstante, cuando Crónica acudió a inspeccionar el mercado Emilio Carranza, los comerciantes aseguraron que ningún oficial detiene a las personas que compran o venden especies ilegales. "No te dicen nada, te doy el coral en una bolsa, lo echas a tu mochila y aguanta hasta tu casa, todo funciona así aquí, los polis no se meten contigo".

A pesar del rechazo de las autoridades, la FRECDA tramitó una apelación junto a otro amparo (910/2022), diligencias que nuevamente obligaron a notificar la prohibición de animales en los mercados, aunque ningún animal de los recipientes sin ventilación fue liberado, continúan nadando en lama, apretados o deslizándose en superficies que miden pocos centímetros. 

Meses después, otro juez de distrito tramitó otra defensa para detener ese comercio (32/2023,) orden que nuevamente, fue notificada a los locatarios, sin que sean sancionados.