Metrópoli

El Viacrucis de Iztapalapa, una tradición cimentada por el pueblo que logró ser patrimonio cultural

Luego de que durante tres años, los oriundos de Iztapalapa no tuvieron la posibilidad de llevar a cabo la representación, este viernes santo, los habitantes pudieron retornar a las calles para presenciar la muerte de Cristo

Crucifixión de Jesús
. . (Adrián Contreras)

Una representación que comenzó como una petición religiosa, para que Cristo y el Señor de la Cuevita sanaran de una epidemia de cólera al pueblo de Iztapalapa; este viernes santo, los habitantes de la alcaldía conmemoraron la simbolización número 180 de la muerte de Cristo, festejo que este año, fue nombrado patrimonio cultural inmaterial de México. Familias, autoridades y comités del barrio unen su devoción y tradiciones para llevar a cabo la encarnación del evento más importante de la religión católica.

Luego de que durante tres años, los oriundos de Iztapalapa no tuvieron la posibilidad de llevar a cabo la representación, este viernes santo, los actores, músicos y visitantes pudieron retornar a las calles para presenciar tradicional Via Crucis que recorre ocho barrios de la demarcación.

Durante el tiempo de contingencia sanitaria en el que la imagen de la muerte de Cristo no pudo ser figurada, los pobladores, quienes son los encargados de coordinar la logística, tuvieron la posibilidad de planear un recorrido en el que la organización, calidad en el vestuario y veracidad de las actuaciones, lograron que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) otorgara a la conmemoración, el título de patrimonio cultural inmaterial de la nación.

Conforme a las autoridades de Iztapalapa, esperan que en el 2024 La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), determine que el Via Crucis de la Ciudad de México se convierta en un patrimonio cultural de la humanidad.

Clara Brugada, alcaldesa de Iztapalapa, comentó que la congratulación más grande es para los creadores de la conmemoración, es decir, los oriundos de la alcaldía. Según la funcionaria, el reconocimiento como patrimonio cultural de la nación se obtuvo gracias a ellos.

"Estamos preparados para que la celebración se lleve a cabo en saldo blanco, tenemos el operativo de seguridad instalado desde hace una semana junto con la Guardia Nacional y la Secretaría de Seguridad Ciudadana. Hay más de dos mil trabajadores de la alcaldía revisando temas de protección civil y salud, además instalaron puntos gratuitos de hidratación", mencionó.

"Esperamos a más de 2 millones de visitantes, hoy es especial porque retiramos todas las restricciones sanitarias. Quiero aprovechar para reconocer al comité organizador de la semana, que en los momentos más difíciles de la pandemia, antepuso los intereses de salud de toda la población; ellos se negaron a hacer la representación, que podía poner en riesgo a todos, reconozco su sensibilidad", subrayó la alcaldesa.

"Somos el único lugar que no ha dejado de hacer la representación, en pandemia fue virtual. Se dice fácil 180, pero este año de aniversario cayó en manos de excelentes organizadores, me refiero al pueblo originario de Iztapalapa", formuló.

"Estamos muy contentos por la declaración del Gobierno de México, que reconoce nuestra tradición como una manifestación cultural, de las más importantes; estamos perfilados para que el próximo año la UNESCO nos de ese reconocimiento. Esto no es solamente de Iztapalapa, es el trabajo es de los vecinos, quienes han cumplido con todos los requisitos para que se otorgue el nombramiento", finalizó Brugada. 

Desde el inicio del Via Crucis, es posible que los visitantes sean parte la excelente planificación que los comités ejecutaron para el viernes santo, pues la seguridad, integrada por más de 300 elementos policíacos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) velaron por la integridad de los actores y asistentes, pues no permitieron que se acumularan grandes tumultos que provocaran lesiones o estampidas.

Cuando los actores comenzaron a proclamar sus diálogos, en los cuales acusaban a Cristo de ser un delincuente, el público conmovido observaba la encarnación. Algunos de ellos, con lágrimas en los ojos, afirmaron que tener la posibilidad de escuchar, lo que más se asemeja a lo que sucedió hace más de dos mil años, es un regalo que llena sus vidas de satisfacción.

"Cada año venimos desde Puebla para que en esta fecha estemos en la pasión de Cristo, es muy hermoso cómo el chico que actúa de Jesucristo aguanta todo lo que le hacen, porque los golpes sí son de verdad, pero su amor a Dios es más grande y él le va a recompensar el sacrificio que está haciendo", dijo Brilleth, una visitante poblana.

"Desde que mis hijos son bebés los traigo a que conozcan porque esto es nuestra cultura, a veces nos sentimos muy cansados porque la vida es complicada, pero cuando vemos la representación salimos con mucha vida. Me comparo con el dolor que el chavo que interpretó a Jesús está sintiendo; si él puede ¿Por qué yo no?", explicó la mujer.

Uno de los momentos más álgidos de la tarde, fue cuando dos hombres, quienes encarnan a los sirvientes del rey Herodes golpean con filosas varas y largos cueros a Jesús. Durante ese hecho, las actuaciones son tan convincentes que el público cierra los ojos, expresa incomodidad y a algunos se les llenan los ojos de lágrimas.

"Creo que nos tenemos que sentir muy orgullosos porque esta representación no se compara a ninguna otra, porque no hay nada que se le parezca. Desde lejos se puede ver la inversión y la calidad de material que estas personas hacen, se lo toman muy enserio. Solamente con ver los tronos en los que están sentados los reyes, entiendes por qué es un patrimonio, México es un país en el que todo lo hacemos con excelencia, ninguna cultura va a superar esto que vivimos hoy", declaró Noemí, vecina de Iztapalapa.

"El compromiso del chico que hace de Jesús hizo que este fuera el mejor Via Crucis, ve sus heridas, algunas son maquillaje pero muchas sí son de verdad. Nunca había visto que la gente llorara cuando lo azotan, eso es lo que importa, la fe que nos unió, esto nos junta con el vecino al que no le hablamos o al familiar con el que estamos peleados, porque todo el pueblo se une para hacer las audiciones, construir la escenografía, dar la comida, cuidar a los actores, Dios nos unió", recalcó la habitante.

"La vida no se equivoca y Cristo nos protegió del COVID-19, como hace 300 a los que vivían aquí; recordemos que la representación se hace porque en aquel tiempo había una epidemia de cólera, que se quitó cuando pasearon por las calles al Señor de la Cuevita y desde ese día prometieron nunca dejar de simbolizar como murió Cristo, nuestro señor", aseguró.

Al ser el aniversario número 300 de la aparición del "Señor de la Cuevita" y la representación número 180 del Via Crucis después de tres años de confinamiento, la celebración reunió a un número colosal de asistentes extranjeros. Dichas personas manifestaron que en ningún país que han recorrido se puede palpar esa manifestación de cultura, pues en otras naciones la erudición es sesgada y con pocos fundamentos históricos.

"Somos migrantes haitianos, venimos viajando por muchos países para llegar a Estados Unidos, pero por ahora estamos parados en un albergue cerca de aquí, esto únicamente lo habíamos visto por televisión. No me imaginaba que fuera así de grande y doloroso, se siente en la piel lo que los mexicanos viven; en otros lugares sí adoran a Cristo pero nunca hacen toda una celebración, creo que merecen muchos premios porque ni en España, que es de donde trajeron la colonización crean todo esto", opinó Selene, viajera haitiana.

Por su parte, los vecinos de la alcaldía, quienes fungen como coordinadores del evento, declararon que su participación es recompensada con los actos benditos que Cristo y Dios tienen hacia ellos, pues poseer óptima salud es el regalo que las imágenes benditas les otorgan.

"Llevo 34 años participando, lo más importante para mí es venir a agradecer que Dios me da la oportunidad de venir y vivir la vida con salud, es un tesoro que no quiero desperdiciar", dijo Martín López, habitante del Barrio de San Lucas e integrante del comité organizador de semana santa.

"Todos los días se viven situaciones difíciles y nuestro trabajo hace que salgamos adelante, en la pandemia tuve COVID-19 y salí bien de eso, por eso participar en el comité es una promesa que tengo para aportar mi granito de arena, creo que es mi acto de fe y así lo vivimos todos los que participamos en él", comentó.

"Todos los años son diferentes, este es inigualable porque cumplimos 180 años sin interrupciones, tener la dicha de ver las imágenes tan cerca me llena de satisfacción", afirmó el comisionado.

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