Un grupo de activistas de ultraderecha israelíes instalaron este domingo sucás, las cabañas típicas de la festividad religiosa de Sucot, junto a la frontera con la Franja de Gaza en vísperas de un evento para promocionar el retorno de los asentamientos judíos en enclave palestino.
Según el medio israelí Haaretz, el Ejército, que controla la frontera, permitió a los activistas establecer unas 50 carpas en una zona militar cerrada junto al kibutz Beeri, uno de los más castigados por los ataques del Hamás del 7 de octubre del año pasado, donde los activistas pretenden pasar la noche.
El evento, que tendrá lugar mañana, lunes, ha sido organizado por el grupo Nachala, que promueve el establecimiento de asentamientos judíos ilegales en Cisjordania ocupada.
Activistas alertan contra ocupación
Este domingo, el grupo israelí Peace Now, que se opone a los asentamientos en territorio palestino, mandó una carta al jefe del Estado Mayor, Herzi Halevi, pidiéndole que impida cualquier intento de los extremistas de cruzar a territorio gazatí.
“Debemos anticipar que activistas de derechas podrían intentar cruzar e infiltrarse en la Franja de Gaza para hacerse con territorio o crear una ‘imagen de la victoria’”, advirtió el grupo en su misiva.
Entre las actividades planeadas por Nachala para mañana hay “talleres de entrenamiento” para establecer asentamientos en Gaza, además de la participación de parlamentarios, rabinos e incluso ministros israelíes.
87 muertos por bombardeo
El número de muertos y desaparecidos en el bombardeo israelí con aviones de combate contra una rotonda y un complejo residencial en Beit Lahia, en el norte de la Franja de Gaza, aumentó este domingo a 87, así como más de 40 heridos, según el Ministerio de Salud gazatí.
Según Sanidad, entre los heridos hay “casos muy críticos” y un número de víctimas continúan bajo los escombros, sin que puedan llegar a ellos los equipos de ambulancias y de defensa civil.
“El Ejército de ocupación israelí continúa una clara guerra de limpieza étnica, erradicación y exterminio”, denunció anoche la Oficina de Medios del Gobierno en la Franja, controlado por Hamás, en referencia a este último ataque y a los 15 días consecutivos que Israel lleva asediando el norte del enclave palestino.
En un comunicado difundido posteriormente, el Ejército de Israel calificó las cifras de muertos “de exageradas” y aseguró haber usado “municiones de precisión”, alegato que emplea con frecuencia pese a la muerte de decenas de civiles en previos ataques.
El Ejército calificó, además, la zona en cuestión como “una zona de guerra activa”. Fuentes palestinas denuncian desde hace dos semanas ataques indiscriminados, la falta de comida y el cerco de Beit Lahia, Beit Hanoun y Yabalia del resto del enclave.
Ataque contra hospitales
Los ataques israelíes han seguido alcanzando en las últimas horas el campo de refugiados de Yabalia, el más grande de la Franja. Fuentes locales indicaron que miles de personas continúan durmiendo en el campo sin comida ni bebida a causa del asedio, y que hay decenas de cadáveres dispersos por las calles.
La agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) dijo el viernes que unas 20,000 personas se vieron obligadas a abandonar el campo ante la intensidad de los ataques.
Fuentes del Ministerio de Sanidad gazatí confirmaron ayer sábado que cerca de 500 personas han muerto en las últimas semanas y que el ataque contra los hospitales impide atender a nuevas víctimas.