Mundo

Reconoce que el debilitamiento de Hezbolá es buena noticia, pero no neutraliza la tensión religiosa

El ministro francés de Defensa teme “una guerra civil inminente” en Líbano

Guerra Una mujer libanesa frente a las ruinas de un banco de Hezbolá detruído por Israel el domingo en un feudo chiita en el sur de Líbano (EFE)

El ministro francés de Defensa, Sebastien Lecornu, aseguró este lunes que teme “una guerra civil inminente” en Líbano debido a la creciente tensión entre las diferentes confesiones religiosas.

Lecornu basó esa posición en el elevado número de personas desplazadas y en las “dinámicas interconfesionales que son muy fuertes”, y por lo que “Líbano puede desmoronarse completamente, más aún de lo que ya está”.

Lecornu reconoció que el debilitamiento de la milicia chií libanesa Hezbolá, apoyada y armada por Irán, “es una buena noticia”.

Conferencia internacional sobre Líbano

París acogerá el próximo jueves una conferencia internacional para reunir ayuda humanitaria en Líbano, pero también para apoyar con más medios al Ejército libanés.

La actual campaña de ataques de Israel contra Hezbolá en suelo libanés y contra otros objetivos ha pillado a un Líbano en medio de una larga y grave crisis política, sin presidente desde el final del mandato de Michel Aoun en octubre de 2022 debido a la falta de acuerdo entre las distintas fuerzas políticas.

La crisis política no se ha solucionado a pesar de la mediación francesa lanzada por el presidente Emmanuel Macron, ya que Francia ejerció un mandato sobre el territorio entre 1920 y 1943, tras lo cual mantuvo una considerable influencia política y cultural en el país.

Líbano sufrió una cruenta guerra civil entre 1975 y 1990, debido sobre todo al enfrentamiento entre diversas confesiones religiosas (cristianos, drusos y musulmanes -chiíes y suníes-), a los que se sumaron palestinos refugiados en el país y en la que también intervinieron sus dos poderosos vecinos: Israel y Siria.

EU, “comprometido” con la reconstrucción

El mediador estadounidense Amos Hochstein aseguró este lunes en Beirut que su país ayudará a Líbano a levantarse, una vez finalice el actual conflicto con Israel, pero requiere garantías de que no se producirá una nueva guerra, en alusión a la necesidad de que Hezbolá (o cualquier milicia armada) deje de usar el territorio libanés para atacar a Israel.

“Al final de este tipo de devastación a la que se enfrenta ahora Líbano, va a tener que haber una reconstrucción y va a tener que haber una recuperación económica en Líbano. La comunidad internacional está comprometida con realizar esto, Estados Unidos está comprometido con realizar esto”, dijo en rueda de prensa.

También expresó su intención de apoyar a las Fuerzas Armadas Libanesas (LAF, en inglés), que serán una “pieza fundamental” tras el fin del conflicto y que están estipuladas como las únicas a cargo de la seguridad en la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que puso fin a la guerra de 2006.

“Pero para nosotros en EU, para los estadounidenses y para el resto del mundo que va a venir a apoyar tanto la economía como al Ejército en el Líbano, tenemos que saber que esto no va a ir a otra ronda de conflicto en un mes o un año o dos años”, alertó Hochstein.

Por ello, está trabajando para encontrar “lo antes posible” una fórmula que permita garantizar que la resolución del órgano de la ONU va a ser implementada por ambas partes de forma definitiva, aunque rechazó entrar en detalles sobre propuestas específicas al respecto.

El estadounidense avisó de que el Gobierno libanés debe “poner por delante las necesidades de su gente” y reiteró que “vincular el futuro del Líbano a otros conflictos en la región no va en el interés de los libaneses”.

Desde hace meses, tanto el Ejecutivo libanés como el grupo chií Hizbulá condicionan una solución negociada al conflicto con Israel al previo final de la guerra de Gaza.

Sin embargo, desde hace casi cuatro meses Israel mantiene una campaña de bombardeos sin precedentes contra Líbano que ha provocado la mayor crisis de desplazados de su historia, ha causado un número de víctimas sin precedentes en décadas y ha puesto a las autoridades contra las cuerdas.

“El mundo apoyará al Líbano y sus líderes si toman las decisiones valientes y difíciles que se necesitan en este momento para beneficiar a toda la gente libanesa. Estamos comprometidos con la gente libanesa y estamos comprometidos con el futuro del Líbano”, concluyó el estadounidense.