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La consolidación de la IA es apenas la antesala del mundo drásticamente distinto que ahora se delinea. Hemos dado el salto de un estado de incertidumbre a uno de menos miedo. La pregunta sobre si los servicios de IA generativa podrían establecerse y mantener a sus usuarios tras el impacto inicial ya tiene respuesta. Un rotundo sí que se reafirma con compañías como OpenAI que prospera con pasos de gigante, ingresando miles de millones de dólares.
El informe 2024 sobre el estado de la IA presentado por Air Street Capital analiza los avances más interesantes en el campo de esta disciplina y dibuja un escenario sobre sus implicaciones para el futuro.
Air Street Capital es una firma londinense de capital de riesgo fundada en 2019. Invierte en empresas de ciencias biológicas y tecnología que priorizan la IA.
En su robusto documento deja ver que a la par de la expansión de esta tecnología, surgen nuevos retos que no son solo técnicos, sino políticos y sociales. La ola de cumbres internacionales y acuerdos sobre la gobernanza de la IA no ha logrado ocultar profundas diferencias entre las partes involucradas.
Limitaciones físicas
Este 2024, las empresas de IA se han enfrentado a limitaciones físicas muy reales, como la necesidad de inmensas cantidades de energía, agua y tierra para sostener su infraestructura. Estas demandas están presionando los límites de lo que es sostenible en términos de recursos naturales, y los compromisos optimistas de emisiones cero que muchas compañías abrazaron hace cinco años ahora parecen estar en serios problemas.
Un ejemplo claro de esta crisis es la infraestructura masiva que está construyéndose para soportar la IA. Esta requiere de capital que va mucho más allá de lo que los inversores tradicionales pueden ofrecer, obligando a muchas compañías a buscar financiación en el extranjero, lo que trae consigo importantes implicaciones geopolíticas.
Esto ha abierto la puerta a nuevos jugadores, algunos de ellos de naciones emergentes o regímenes que ven en la IA una oportunidad estratégica para ganar poder a nivel global.
Triunfo empresarial
Quien se ha erigido como hegemónico protagonista en el mundo de la IA es NVIDIA. La empresa entró al exclusivo club de los 3 billones de dólares, consolidándose como una de las compañías más poderosas del mundo. A pesar de la creciente competencia, las restricciones comerciales en China y la inversión tardía en software por parte de sus antiguos rivales, NVIDIA sigue sin mostrar signos de debilidad.
Mientras que las empresas públicas que se encuentran a la vanguardia del desarrollo de la IA han aumentado su valor empresarial en billones de dólares. Lo más impresionante es que este crecimiento se ha producido en un contexto de altas tasas de interés y un mercado más amplio en estado de estancamiento.
En lugar de verse afectadas por estos factores adversos, las compañías de IA han continuado su ascenso, combinando la creciente tasa de adopción de sus productos con gigantescas inversiones en infraestructura.
El crecimiento es tan significativo que incluso plantas nucleares están siendo reactivadas con el único propósito de satisfacer la creciente demanda de energía impulsada por la IA.
Mientras tanto, las empresas emergentes que trabajan en áreas como la generación de video y audio mediante IA han comenzado a ganar terreno, mostrando que no solo las grandes corporaciones se benefician del auge de esta tecnología.
A pesar de todo, persisten preguntas a largo plazo sobre la sostenibilidad de estos modelos de negocio, en particular en torno a los precios y la viabilidad a largo plazo de las soluciones de IA.
Tensiones regulatorias
Mientras que los esfuerzos de gobernanza global sobre la IA parecen estar estancados, los marcos regulatorios a nivel nacional y regional han seguido avanzando. En EU, el debate sobre la regulación de la IA ha estado marcado por legislaciones controvertidas que buscan encontrar un equilibrio entre la innovación y la protección del consumidor.
Por su parte, la UE aprobó su Ley de IA, aunque algunos legisladores ya expresan preocupaciones sobre si han ido demasiado lejos en sus restricciones.
La realidad es que las empresas de tecnología que impulsan la IA están enfrentando serias limitaciones en su capacidad de crecimiento.
La construcción de centros de datos y la infraestructura necesaria para sostener el poder computacional requerido por la IA han hecho que las grandes tecnológicas deban reconsiderar sus planes de expansión y sus objetivos de emisiones de carbono.
Al mismo tiempo, los gobiernos luchan por construir la capacidad necesaria para mantenerse al día con la rápida evolución de la IA, quedando muchas veces rezagados en sus intentos por regular una tecnología que cambia constantemente.
Seguridad
La IA generativa aún enfrenta desafíos en cuanto a su uso ético. Muchos de los casos más alarmantes provienen del manejo de herramientas fácilmente disponibles como ChatGPT.
Por ejemplo, la consultora de arquitectura y diseño Arup perdió 25 mdd después de que estafadores usaran ‘deepfakes para hacerse pasar por el director financiero y ordenar una transferencia bancaria.
Un docente en Baltimore fue víctima de una campaña de acoso y de investigaciones tras la difusión de un audio falsificado en el que se le escuchaba haciendo comentarios racistas sobre colegas y estudiantes.
Y por otra parte, la revelación de una red de cuentas en Telegram que compartían deepfakes pornográficos de estudiantes de universidades surcoreanas desató un escándalo nacional.
Pese a lo anterior, se vislumbra un cambio significativo en la narrativa sobre la seguridad. Las empresas que antes advertían sobre la extinción de la humanidad como un posible resultado del avance de la IA ahora están enfocadas en maximizar sus ventas y promover el uso de aplicaciones de consumo.
Sin embargo, los investigadores siguen preocupados por las vulnerabilidades de los modelos actuales y los posibles ataques a largo plazo. Aunque todos los intentos de evitar “jailbreaks” han fracasado, el enfoque en la seguridad sigue siendo una prioridad, y los gobiernos de todo el mundo han comenzado a seguir el ejemplo del Reino Unido.
Tras el intenso debate sobre la seguridad de la IA en 2023, el Reino Unido organizó una Cumbre en noviembre que reunió a los gobiernos y la industria en Bletchley Park. Esto dio como resultado la Declaración de Bletchley, en la que EU, el Reino Unido, la UE, China y otros se comprometieron a cooperar para identificar los desafíos de seguridad e introducir políticas basadas en el riesgo. Esto siguió a un compromiso similar en octubre de las naciones del G7 como parte del Proceso de Hiroshima.
Predicciones para 2025
Entre las 10 predicciones más importantes del informe 2024 de Air Street Capital destaca la posibilidad de que un estado soberano invierta más de 10,000 mdd en un gran laboratorio de IA en EU, lo que desencadenaría una revisión de seguridad nacional. Esta inversión podría provenir de algún país del Golfo Pérsico, interesado en adquirir una posición estratégica en el desarrollo de IA.
También se prevé que los competidores no tumbarán a NVIDIA, a pesar de sus esfuerzos. Aunque las inversiones en humanoides, como los robots de Tesla, podrían disminuir a medida que las empresas luchen por encontrar un ajuste adecuado entre producto y mercado.
Otra predicción sugiere que la investigación de Apple en IA acelerará el impulso de la IA personal en dispositivos.
Finalmente, se espera que un artículo de investigación generado por una IA sea aceptado en una conferencia importante de aprendizaje automático, y que un videojuego basado en la interacción con elementos generados por IA logre un éxito rotundo en el mercado.