El candidato republicano Donald Trump no ve necesidad de disculparse ante los boricuas, pese a que los graves insultos lanzados contra Puerto Rico en su mitin del domingo en Nueva York podría pasarle factura en estados bisagra como Pensilvania.
Por el contrario, el expresidente, que necesita el voto latino para ganar las elecciones el próximo martes, compareció este martes en su mansión de Mar-a-Lago en Palm Beach (Florida), para decir que el evento en el abarrotado Madison Square Garden hubo “un festival del amor; un festival del amor absoluto”.
Con su habitual distorsión megalómana de la realidad, Trump proclamó que “nadie ha visto nunca nada como lo que pasó la otra noche en el Madison Square Garden, el amor, el amor en esa sala fue impresionante. Y se podría haber llenado muchas veces con la gente que no pudo entrar”. además, aseguró que los responsables del legendario recinto neoyorquino, que “llevan haciendo esto mucho tiempo, 30 y 40 años, dijeron que nunca había habido un acontecimiento tan hermoso”.
“Han usado el Madison Square Garden muchas veces. Mucha gente lo ha usado, pero nunca nadie ha tenido una multitud como esa. Y nadie ha tenido amor como ese. Eso fue amor en la sala, y fue amor por nuestro país”, insistió.
El domingo, sobre el escenario montado en el emblemático recinto neoyorquino, el comediante y seguidor de Trump, Tony Hinchcliffe llamó a Puerto Rico una “isla flotante de basura en el océano” y bromeó diciendo que a los latinos “les encanta tener bebés”, unos comentarios que han desatado la indignación de la comunidad boricua. También se burló de judíos, palestinos, negros y latinos en general.
“No lo conozco, no lo he escuchado”
En unas declaraciones concedidas a un periodista de la cadena ABC antes de sus comentarios en Mar-a-Lago, el republicano quitó hierro al escándalo y declaró con desdén: “No lo conozco, alguien lo puso ahí arriba”, dijo sobre Hinchcliffe y aseguró que no había oído los insultos, pese a ser trending topic en las redes sociales.