La Casa Blanca se unió a la celebración del Día de Muertos, instalando un altar que estará abierto al público hasta el próximo 3 de noviembre. La iniciativa, impulsada por el presidente Joe Biden y la primera dama Jill Biden, ha transformado el Ala Este de la residencia presidencial en un espacio de memoria y respeto hacia los seres queridos de empleados y visitantes que han fallecido, quienes pueden depositar fotografías de sus difuntos en la ofrenda.
El altar, compuesto por tres niveles, está decorado con elementos tradicionales de esta celebración: calaveritas de azúcar, catrinas, pan de muerto, velas, papel picado y figuras de alebrijes, coronado con una imagen de la Virgen de Guadalupe y un arco de flores de cempasúchil.
Este despliegue de símbolos y colores representa la esperanza de que, según la tradición mexicana, las almas de los difuntos regresen en estas fechas para disfrutar de los alimentos, bebidas y recuerdos que sus seres queridos han dejado para ellos.
Un homenaje único
Esta es la cuarta vez que se coloca una ofrenda en la Casa Blanca, una práctica inédita antes de la llegada de los Biden al poder. La iniciativa comenzó el año pasado cuando la primera dama decidió abrir las puertas de la residencia presidencial a la comunidad latina en Estados Unidos, una decisión que ha sido bien recibida por empleados y visitantes.
“Es un día para celebrar y honrar a la gente que ha fallecido, y es muy especial poder venir a hacerlo en la Casa Blanca”, declaró Jason, un joven hondureño que reside en Washington y fue uno de los primeros en acercarse al altar. “Los presidentes no suelen hacer este tipo de cosas. Esto es algo único”.
Carlos Elizondo, secretario social de la Casa Blanca, explicó que este año el altar también está pensado para que cualquier visitante pueda participar y conocer más sobre esta tradición mexicana.
“Es el segundo año que la primera dama nos pide que abramos las puertas de la Casa Blanca a los miembros de la comunidad latinoamericana para que puedan participar y traer una foto de sus difuntos”, comentó Elizondo.
Esta inclusión de la comunidad latina ha sido vista como un gesto significativo, especialmente en un contexto donde la representación de esta cultura en espacios oficiales aún es limitada.
Aprendizaje cultural
Sin embargo, el altar no está dirigido exclusivamente a la comunidad latina. Según Vanessa Valdivia, secretaria de prensa de la primera dama, la intención es que cualquier persona que visite la Casa Blanca tenga la oportunidad de aprender sobre el Día de Muertos. “Estará abierta para que todos los visitantes de la Casa Blanca, no solo la comunidad latina, puedan ver la ofrenda y aprender un poco más de la cultura latina y la cultura mexicana”, afirmó Valdivia.
Para hacer la experiencia más interactiva, la primera dama ha incluido actividades pensadas para los más pequeños. Los niños pueden llevarse dibujos de elementos tradicionales de la ofrenda, como las calaveras y las flores de cempasúchil, para colorear y aprender sobre esta festividad.
“Queremos que todos, especialmente los niños, se sientan atraídos y motivados a conocer un poco más sobre lo que significa el Día de Muertos. Es una celebración de la vida y un homenaje a nuestros ancestros”, añadió Valdivia.
La ofrenda ha sido diseñada en colaboración con el Instituto Cultural Mexicano de Washington, quien ha trabajado junto a la Casa Blanca para asegurar que cada detalle refleje fielmente los elementos de la tradición mexicana.
Además de dejar las fotos de sus familiares, los niños y niñas pueden llevarse dibujos para pintar relacionados con la festividad, una idea de la primera dama para motivar el aprendizaje sobre este día (con información de EFE).