Estados Unidos tendrá otra batalla crucial el 5 de noviembre: el control del Congreso, que será decisivo para el candidato que gane la Presidencia pueda gobernar con tranquilidad, ya sea el republicano Donald Trump o la demócrata Kamala Harris. Este martes están en juego los 435 escaños de la Cámara de los Representantes y un tercio del Senado (35 escaños).
Encuestas recientes apuntan a un desenlace nunca visto en unos 230 años: un cambio de color en ambas cámaras, de forma que la Cámara Baja vuelva a los demócratas y el Senado pase a los republicanos.
En las elecciones de medio mandato de noviembre de 2022 los demócratas perdieron el control de la Cámara Baja y mantuvieron el Senado.
Así, los republicanos tienen ahora en la Cámara Baja 220 de sus 435 escaños (se necesitan 218 escaños para la mayoría) y los demócratas gozan de una mayoría mínima en el Senado con 47 de sus 100 asientos y el apoyo de cuatro independientes de tendencia progresista, en total 51 escaños (el mínimo para tener la mayoría).
El control de la próxima Cámara de Representantes se juega en un puñado de distritos de California, el Estado más poblado del país. En al menos cinco distritos, los legisladores republicanos podrían perder sus escaños en favor de sus contendientes demócratas.
Además, los candidatos demócratas están mejor situados para conquistar escaños republicanos en dos distritos de Nueva York y uno más en Nebraska.
Posible vuelco en el Senado
Joe Manchin, el senador demócrata por Virginia Occidental y el más conservador de todos, se retira, por lo que es muy probable que su escaño, en un de los estados más pobres de EU y de tendencia conservadora, pase de nuevo a estar controlado por los republicanos y dejaría la Cámara Alta con 50 escaños para cada partido. De suceder esto, el control dependería de la fórmula que gane las elecciones presidenciales, ya que el vicepresidente electo se convierte automáticamente en el líder del Senado con derecho a voto.
En Montana, el senador demócrata John Tester busca reelegirse para un quinto mandato consecutivo en un sólido bastión republicano donde Trump puede ganar a Harris cómodamente, con una diferencia de 18 puntos. De hecho, los sondeos favorecen al contendiente republicano, el empresario Tim Sheehy, por lo que la balanza se inclinaría definitivamente del lado republicano, que tomaría el control de la Cámara Alta.