El Partido Republicano recuperó el control del Senado, tras las elecciones del martes, una instancia clave para el presidente electo Donald Trump, ya que la Cámara Alta tiene poder de decisión en todo lo referido a la política exterior.
Para México se abre un escenario complejo porque el Senado autoriza las operaciones militares en el exterior y actualmente, entre los republicanos, ha crecido la tendencia a reclamar un mayor intervencionismo en territorio mexicano para operar contra los cárteles de las drogas.
Fue precisamente el control demócrata de la Cámara Alta en los últimos dos años los que vetaron estas medidas drásticas e intervencionistas en suelo mexicano.
En estas elecciones se elige a 34 de los 100 senadores, que tienen un mandato de seis años y cuya composición se renueva por tercios cada dos años. Actualmente, la correlación de fuerzas favorecía a los demócratas por una estrecha mayoría de 51 puestos (contando independientes) frente a 49 republicanos. Los puestos que toca renovar ahora son los que se eligieron en 2018, en unas elecciones legislativas de mitad de mandato de Trump en las que los republicanos sufrieron un severo castigo.
Control de la Cámara Baja
La batalla por el Congreso queda algo eclipsada por las presidenciales, pero su importancia es enorme para conocer el margen de maniobra del nuevo presidente. El escrutinio de las elecciones a la Cámara de Representantes se prolongará durante días o semanas.
Durante las elecciones de este martes se renuevan por completo, como cada dos años, los 435 escaños de la Cámara de Representantes, que estaba controlada hasta ahora por los republicanos, aunque con una estrecha mayoría.
Hasta este miércoles, los republicanos habían logrado 204 escaños de los 218 para lograr la mayoría, mientras que los demócratas (que partían como favoritos en las últimas encuestas) tienen en su poder 187 escaños.