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La cumbre climática arranca este lunes y contará con actores clave y bloques de negociación que deben influir significativamente en las decisiones y compromisos

COP29: ¿Quiénes liderarán la lucha contra el cambio climático en Bakú?

Cumbre climática La COP aún no resulta ser el caudal de las soluciones globales que le urgen planeta para atacar la crisis climática. Pero no por ello carece de importancia. (www.azernews.az)

Cada año, la Conferencia de las Partes (COP) reúne a líderes, expertos y delegados de casi 200 países para debatir y consensuar acciones frente al cambio climático. La cita aún no resulta ser el caudal de las soluciones globales que le urgen planeta para atacar la crisis climática. Pero no por ello carece de importancia.

Desde la firma de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) en 1992, los países firmantes acordaron diferenciar entre las naciones ricas, que causaron la mayor parte del calentamiento global, y las más pobres, que sufren de manera desproporcionada sus efectos.

En otras palabras, las negociaciones se centran en la idea de que los países que más se beneficiaron de la industrialización deberían asumir una mayor responsabilidad en la mitigación del calentamiento global.

Sin embargo, con el crecimiento económico de los países en desarrollo y las múltiples crisis que enfrentan las naciones ricas, como las guerras y otras demandas internas, abordar esta desigualdad se ha vuelto más complicado.

Foro para la discusión

La COP proporciona un espacio para que los países discutan soluciones a los problemas climáticos, incluyendo políticas energéticas, esquemas de financiamiento y necesidades de fondos.

Además, la presencia de líderes mundiales en estas cumbres envía una señal importante de compromiso con los objetivos de la CMNUCC, lo que permite que las naciones se responsabilicen mutuamente de los compromisos adquiridos en años anteriores.

La COP29, a realizarse en Bakú, Azerbaiyán, del 11 al 22 de noviembre, contará con la participación de actores clave y bloques de negociación que influyen significativamente en las decisiones climáticas globales. ¿A quiénes debemos escuchar?

China, el mayor emisor de gases de efecto invernadero del mundo, también es líder en producción de energía a partir de fuentes renovables. Representa aproximadamente el 30 % de las emisiones anuales de carbono a nivel mundial.

Y a pesar de ser la segunda economía más grande del mundo después de EU, conserva su estatus de país en desarrollo en las negociaciones climáticas de la ONU, un punto que utiliza para argumentar que las naciones industrializadas deben actuar primero y de manera más rápida. Además, China rechaza los llamados a contribuir al financiamiento climático para países en desarrollo.

El segundo emisor mundial de carbono y el mayor emisor histórico es EU. La victoria de Trump ha reducido las posibilidades de un acuerdo sólido sobre un nuevo objetivo financiero global y ha puesto en duda los compromisos climáticos asumidos por la administración de Biden. Trump prometió retirar a EU del Acuerdo de París de 2015 y ha calificado los esfuerzos por impulsar la energía verde como un “engaño”.

El bloque de 27 países que constituen la UE aún no ha definido su posición en algunos de los temas más controvertidos para la COP29, como el nuevo objetivo de financiamiento climático o la proporción de fondos que debería provenir de presupuestos nacionales frente a instituciones de préstamos multilaterales o inversiones privadas.

A pesar de esto, la UE y sus estados miembros han contribuido con la mayor cantidad de financiamiento climático a nivel global, duplicando su oferta en la última década. En 2023, la UE y sus miembros aportaron 28,6 mil millones de euros en financiamiento climático proveniente de fuentes públicas.

Además de los grandes actores individuales, varios bloques de negociación desempeñan un papel esencial en la COP29, en particular aquellos que representan a los países en desarrollo.

El grupo de países BASIC (Brasil, Sudáfrica, India y China) aboga por un mayor financiamiento climático bajo el principio de “responsabilidades comunes pero diferenciadas”. Los países BASIC argumentan que las naciones ricas, que históricamente han contribuido más a las emisiones, deberían hacer más para enfrentar la crisis climática.

La alianza de 77 países en desarrollo (G77) y China también sostienen que las naciones ricas tienen una mayor responsabilidad en la reducción de emisiones. Exigen que las promesas de financiamiento se cumplan y que se aumenten los fondos destinados a las naciones en desarrollo.

Mientras que los países africanos buscarán en la COP29 un incremento en el financiamiento climático y la implementación del artículo 6 del Acuerdo de París sobre las reglas de mercado de carbono. Están particularmente preocupados por la inacción del fondo de pérdidas y daños tras las inundaciones y las olas de calor mortales en África Oriental y el Sahel.

La Alianza de Pequeños Estados Insulares (AOSIS) es grupo de países, afectados de manera desproporcionada por los impactos climáticos, como la subida del nivel del mar, se centra en asegurar trillones de dólares en financiamiento climático y en avanzar en los esfuerzos globales para eliminar gradualmente el uso de combustibles fósiles.

El grupo de Países Menos Desarrollados (LDC) representa a 45 naciones altamente vulnerables al cambio climático. Solicita financiamiento significativo de los países desarrollados, preferiblemente en forma de subvenciones. Además, quieren que se destinen más recursos al fondo de pérdidas y daños.

Perspectivas de América Latina

La región latinoamericana comparte desafíos como la necesidad de financiamiento y la transición a energías renovables. Brasil busca un acuerdo sobre el mercado global de carbono, lo cual es crucial para que el país esté bien posicionado cuando asuma la presidencia de la cumbre en 2025.

Bajo el liderazgo de Alicia Bárcena, México buscará promover un cambio profundo hacia la sostenibilidad. El país está trabajando en la transición hacia energías renovables y busca enfrentar desafíos como la deforestación y la escasez de agua.

Chile, bajo la dirección de la ministra de Medio Ambiente, Maisa Rojas, buscará asegurar financiamiento para que los países menos desarrollados puedan reducir sus emisiones y mejorar su resiliencia.

Mientras que Costa Rica mostrará sus avances en adaptación climática y promoverá un mercado de carbono de mayor calidad, además de impulsar la protección de áreas terrestres y marinas.

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