Este sábado, miles de personas se reunieron en Valencia para manifestarse contra la gestión del presidente de la región mediterránea, Carlos Mazón, debido a su respuesta ante las lluvias torrenciales que azotaron la provincia el pasado 29 de octubre.
Los organizadores, compuestos por organizaciones sociales, cívicas y sindicatos de izquierda, convocaron la marcha bajo el lema “Mazón, dimisión”. La catástrofe causó al menos 212 muertos, decenas de desaparecidos y daños multimillonarios en 75 municipios de la costa valenciana, generando una ola de indignación entre los afectados.
Además de la manifestación en Valencia, en la ciudad de Alicante también se congregaron miles de personas, mientras que en Madrid unas 300 personas se sumaron a las protestas.
Gritos de “dimisión” y “asesino”
En la ciudad de Valencia, los manifestantes portaban una pancarta principal que mostraba a Mazón en una imagen invertida y con un chaleco de emergencias. Las 65 entidades convocantes, respaldadas por otras 83 organizaciones, presentaron un manifiesto en el que denunciaron la tardanza en alertar a la población sobre el peligro de las lluvias torrenciales.
Durante la marcha, los asistentes corearon consignas como “asesino” y “dimisión”, mientras sostenían carteles que acusaban al gobierno de Mazón de demorar los avisos de emergencia.
Beatriz Cardona, portavoz de la protesta, hizo un llamado a evitar cualquier aprovechamiento político del evento, enfatizando que quienes intentaran capitalizar la manifestación políticamente “se han equivocado de lugar”.
Además, los organizadores solicitaron que la manifestación transcurriera en silencio, sin mensajes violentos y sin ropa manchada de barro, en señal de respeto por las víctimas.
Confrontación política
Mientras continúan las labores de búsqueda de desaparecidos y la reconstrucción en las zonas afectadas, también crece la confrontación política en torno a la gestión del desastre. Tanto el Ejecutivo central como el gobierno valenciano se han lanzado acusaciones mutuas sobre la falta de coordinación y la tardanza en comunicar las previsiones meteorológicas a la ciudadanía.
Carlos Mazón, por su parte, afirmó que las responsabilidades políticas “tocarán en su momento”, destacando que la prioridad actual es atender a los afectados por el desastre.
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, optó por no involucrarse en “polémicas”, subrayando la necesidad de concentrarse en la ayuda a los damnificados (con información de EFE).