El ministro de Relaciones Exteriores de Francia, Jean-Noël Barrot, consideró que sería un “error” histórico”, si el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, cumple su promesa de campaña de emprender una guerra arancelaria no sólo con China, sino con México y con la Unión Europea porque acabaría siendo contraproducente.
“Sería un error histórico porque penalizaría a las innumerables empresas estadounidenses establecidas en Europa y amputaría el poder adquisitivo de las clases medias estadounidenses", señaló el canciller en una entrevista publicada este domingo por el diario Le Parisien.
Según Barrot, interpretar la victoria de Trump en las elecciones en Estados Unidos como una nueva victoria del populismo “es un poco fácil”.
A su juicio, esa victoria tan amplia “es el resultado de décadas de ceguera de las élites sobre los cambios en el mundo y de haber negado la exasperación legítima de las clases medias y populares, cansadas de sentirse desconsideradas y desposeídas”.
Inquietud por el papel de Musk
El presidente electo de EU aún no ha revelado aún los nombres de su próximo gobierno 2025-2029, pero se da por hecho que uno de los cargos más relevantes del futuro gobierno de la primera potencia será para Elon Musk, figura clave en la victoria del republicano del martes pasado, y con quien comparta la misma política proteccionista y de cierre de fronteras.
Al respecto, el canciller francés expresó su preocupación por el papel político que podría tener Musk, precisamente por los antecedentes de la acción del dueño de Tesla al comprar y transformar la red social Twitter, ahora X.
“Esperemos que no inflija a la democracia estadounidense el tratamiento que ha administrado a Twitter. La democracia es un tesoro frágil”,
“No aceptaremos nunca que el debate público se deslocalice en redes sociales desreguladas en manos de intereses particulares, sean estadounidenses o chinas”, declaró.
De momento, la apuesta que hizo Musk por Trump le ha salido redonda.
El pasado miércoles por la mañana, los inversores ya estaban apostando a que la victoria de Trump también sería una victoria para la principal participación pública de Musk, Tesla, lo que hizo que las acciones de su fabricante de vehículos eléctricos subieran un 13%, lo que elevó el valor de los 411 millones de acciones de Tesla que Musk posee en más de 13 mil millones de dólares, lo que equivale a una rentabilidad superior al 11,000% sobre los 119 millones que donó a la campaña del republicano.