La pobreza en Latinoamérica descendió del 28.8% en 2022 al 27.3% en 2023, la menor tasa registrada desde 1990, que equivale a 172 millones de personas y que supone una reducción del 1.5%, reveló este martes la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
La pobreza extrema también disminuyó aunque con menor intensidad y representa un 10.6 %, lo que corresponde a 66 millones de personas, cifra un 0.5% inferior a la registrada durante el año anterior, pero que aún se mantiene por encima de los niveles de 2014, cuando se llegó a la cifra más baja las últimas tres décadas, según el organismo de la ONU, con sede en Santiago.
🗯️En lanzamiento del informe #PanoramaSocial 2024, el Secretario Ejecutivo de la #CEPAL, @JoseMSalazarX, analizó los retos que enfrenta #ALC para alcanzar el desarrollo social inclusivo, entre ellos, el cambio tecnológico, el cambio climático y el cambio demográfico ⬇️
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El secretario ejecutivo de la Cepal, José Manuel Salazar-Xirinachs Salazar explicó que la pobreza logró reducirse en siete de los doce países analizados gracias “en más de un 80% a Brasil”.
Aunque México se encuentra entre los países donde se logró esta reducción, el país sigue entre los cinco con porcentajes de pobreza más altos (28.6%), por debajo solo de Colombia, Argentina, El Salvador y Honduras.
En 2023, casi 33 personas de cada 100 habitantes eran pobres en Colombia; en Argentina 30 de cada 100; en Bolivia 29 de cada 100 y en México 28 de cada 100 personas eran pobres.
El mayor nivel de pobreza en México está en la población de personas de entre 0 a 17 años; en segundo lugar está el grupo de los mayores de 18 años y hasta 59 años y en menor medida los mayores de 60 años.
Programas sociales de AMLO ayudaron
De acuerdo con el informe de la Cepal, las transferencias mediante programas sociales del gobierno de Andrés Manuel López Obrador que se les dieron a la población mexicana con menos recursos fueron importantes porque ayudaron a reducir los niveles de pobreza.
“El impacto de los programas habría dejado (a la pobreza en México en) 31.5% en lugar de 28.6% (en 2023) de no haber existido estos programas públicos de transferencia, esto demuestra que la protección social no contributiva ayuda a evitar que otras personas caigan en pobreza” al proteger a los sectores mexicanos más vulnerables.
Mejoró sistema de pensiones
Las transferencias públicas, que incluyen programas de protección social no contributiva (aquellos destinados a personas que no han realizado aportes suficientes a sistemas como el de pensiones o a la seguridad social durante su vida laboral), también tuvieron importantes efectos sobre la pobreza en la región, señala el informe.
“Los sistemas de pensiones no contributivos han sido uno de los principales hitos del desarrollo de los sistemas de protección social de este siglo”, aseguró el Director de Desarrollo Social de la Cepal.
💬El fortalecimiento de la protección social no contributiva es fundamental en un escenario de múltiples transformaciones. La estructura de riesgos de la población está en reconfiguración, dijo Alberto Arenas, Director de Desarrollo Social de #CEPAL, en lanzamiento de nuevo… pic.twitter.com/POA9BBrh21
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Alberto Arenas, haciendo referencia a su cobertura, que ha contribuido a la reducción del 14.3% de la tasa de pobreza entre las personas de más de 65 años durante los últimos 20 años.
Salazar-Xirinachs dijo que las transferencias de apoyos a los más pobres “han tenido contribución importante para disminuir pobreza y desigualdad”, sin embargo, lo más importante es que la población tenga empleo para poder tener protección social.
“Perspectiva no muy halagüeña”
De acuerdo con las reducidas expectativas de crecimiento del PIB para este año (1.7% en América Latina), se puede esperar que en 2024 la pobreza disminuya levemente, 0,5 puntos porcentuales, mientras que la pobreza extrema se mantendría sin cambios significativos, sostiene la Cepal en su informe ‘Panorama Social de América Latina y el Caribe’.
“La perspectiva no es muy halagüeña”, señaló Salazar-Xirinachs, quien instó a fortalecer los programas de protección social.
“Para avanzar en la erradicación de la pobreza en la región a más tardar en 2030, debe considerarse un estándar mínimo de recursos financieros de entre el 1.5% y el 2.5% del PIB, o de entre el 5% y el 10% del gasto público total destinado al financiamiento de la protección social no contributiva en el ámbito de los Ministerios de Desarrollo Social o instituciones equivalentes”, advierte el reporte.
Según la Cepal, en América Latina, donde persiste una alta desigualdad de ingresos y en la distribución de la riqueza, la pobreza continúa afectando “desproporcionadamente” a las mujeres en edad laboral (22.2%), a niñas y niños (40.6%), a personas indígenas (42.3%) y afrodescendientes (20,4 %), y a quienes habitan en zonas rurales (39.1%).
El envejecimiento de la población y la crisis de cuidados también agudiza estas desigualdades debido a la “injusta división del trabajo”, especialmente contribuyendo a la brecha de género, ya que más de la mitad de mujeres fuera del sistema laboral se dedican exclusivamente al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado, lo que supone un “obstáculo” para su inclusión laboral y la protección social.