España culmina las últimas horas de impacto del segundo temporal en dos semanas, sin reportes de víctimas mortales.
Sin embargo, miles de personas permanecen fuera de sus hogares, especialmente en la provincia de Málaga, debido a los riesgos de desbordamiento en los ríos Guadiaro y Guadalhorce.
Esta región, junto a Tarragona y Valencia, estuvo en aviso rojo por el riesgo de nuevas lluvias torrenciales.
El primer temporal, que golpeó el 29 de octubre, dejó 216 muertos y varios desaparecidos en Valencia. Aunque el reciente fenómeno no causó daños significativos, ha generado incertidumbre entre los habitantes de las zonas más afectadas, quienes toman precauciones para evitar incidentes mayores.
Recuperación en Málaga
Pese a las intensas lluvias, la provincia de Málaga ha comenzado a recuperar la normalidad. Las clases fueron suspendidas el jueves, pero la actividad comercial y turística en la capital malagueña vuelve gradualmente.
El aeropuerto de Málaga-Costa del Sol opera con normalidad después de sufrir cancelaciones y desvíos el miércoles, y los servicios de tren de alta velocidad también se han restablecido.
El esfuerzo de limpieza en la ciudad ha permitido la reapertura de calles y la normalización del transporte público, aunque los servicios operativos continúan trabajando en áreas específicas para atender las secuelas del temporal.
Agricultura devastada
Benamargosa, un pequeño pueblo de la Axarquía, enfrenta graves daños tras las inundaciones. Las intensas lluvias dejaron sus calles cubiertas de barro, afectando a sus aproximadamente 1,500 habitantes.
La organización agraria Asaja denunció pérdidas significativas en cultivos e infraestructuras agrícolas, especialmente en las áreas de Axarquía y el Valle del Guadalhorce, donde se registraron daños en cultivos de cítricos, aguacates y otros productos, así como en sistemas de riego.