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El 85% de Puerto Príncipe, en manos de las pandillas, tras el fracaso del contingente keniano para pacificar el país

Rusia y China vetan cascos azules como reclama Haití para salvar al país del terror de las pandillas

Haití El cadáver de un haitiano en medio de una calle de Puerto Príncipe, la capital sometida al terror de las pandillas (Johnson Sabin/EFE)

La misión de cascos azules que específicamente pidió el Gobierno de transición haitiano no será posible a corto ni medio plazo por la oposición este miércoles de Rusia y China, pues su estatus de miembros permanentes les permitirá vetarla en el Consejo de Seguridad, órgano encargado de definir y enviar las operaciones de paz.

El fracaso del contingente africano liderado por Kenia para pacificar el país, sumido desde hace dos años en la anarquía y la violencia por el terror de las diferentes pandillas, llevó al gobierno a elevar una petición urgente a la ONU para rescatar al estado fallido caribeño, cambiando el estatus de ayuda internacional.

La Misión Multinacional de Seguridad de apoyo a la policía haitiana (con carácter meramente de instructores policiales) no ha servido para mejorar la seguridad, en parte porque solo han llegado al país caribeño 400 agentes de los 2,500 previstos debido a la falta de financiamiento de esa misión.

Por esa razón, y tras una petición específica de las autoridades haitianas de transición, Estados Unidos y Ecuador prepararon un proyecto de resolución para transformar la MMS en una fuerza de paz clásica de cascos azules, pero se ha topado con la oposición frontal de China y Rusia, que este miércoles explicaron sus argumentos ante el Consejo.

Desprecio al llamado de auxilio

Primero intervino el embajador adjunto de China, Geng Shuang, quien recordó -parafraseando al secretario general, António Guterres- que una misión de mantenimiento de paz requiere que primero haya paz, algo inexistente ahora en Haití; además, resaltó que la ONU ha gastado en Haití 8,000 millones de dólares desde 1994 en misiones de paz o similares, “un dinero perdido vistos los resultados”, dijo.

Shuang dijo, además, que “en último término, toca a los haitianos sacar a Haití de sus aprietos, y no hay ninguna cantidad de auxilio exterior que vaya a resolver sus problemas fundamentales”.

Al diplomático chino le sucedió el embajador adjunto de Rusia, Dmitri Polianski, quien aseguró que, más allá de lo que diga el actual Gobierno haitiano, cuya legitimidad “está en cuestión”, la idea de un retorno de cascos azules “es muy controvertida en la sociedad haitiana”, y según afirmó “la sociedad haitiana son extremadamente cautas ante cualquier forma de injerencia extranjera”.

Polianski dijo que los haitianos “no olvidan las lamentables lecciones de la Minustah”, la pasada fuerza de paz que abandonó Haití entre acusaciones de abusos sexuales y de propagar un brote de cólera que dejó miles de muertos.

Por último, se preguntó por el interés de EU en esa fuerza de paz, y aportó la siguiente respuesta: “Estados Unidos ve a Haití como su patrio trasero y en este siglo ha estado implicándose en una descarada interferencia” en sus asuntos.

Puerto Príncipe bajo el terror pandillero

La negativa de Rusia y China a enviar cascos azules a Haití deja a la capital desamparada y bajo el control de las pandillas.

Miroslav Jenca, subsecretario general para Europa, Asia y las Américas en el departamento de Asuntos Políticos de la ONU, estimó este miércoles que las pandillas controlan ya el 85% de la capital, Puerto Príncipe, donde viven 2.7 millones de personas.

Las bandas han empezado a atacar los lugares “de relativa seguridad” que quedaban en la capital, como el barrio de Petionville, donde se encuentran las oficinas de la ONU, embajadas y personal extranjero. Allí, un ataque registrado el pasado martes dejó “decenas de muertos”, señaló.

En respuesta, grupos espontáneos de vecinos han comenzado a organizar patrullas armadas, a montar controles de carreteras no oficiales “y a tomarse la justicia por su mano”, lamentó Jenca.

En las vastas áreas donde las pandillas tienen el control, la seguridad y los derechos humanos de sus habitantes están en peligro, y en especial los de las mujeres, pues los pandilleros recurren a toda forma de violencia, con frecuencia violencia sexual, para subyugar a los vecinos.

700 mil “desplazados internos”

Esta situación ha hecho que 700,000 haitianos hayan huido de sus hogares y se encuentren ahora en situación de “desplazados internos”.

Pese a ello, los países vecinos siguen deportando a haitianos (170,000 hasta ahora), principalmente desde República Dominicana.

Éxodo y más presión migratoria

Atrapados entre la miseria, la negativa de Rusia y China al envío de cascos azules para pacificar el país, y la violencia brutal de las pandillas, el deseo de cientos de miles de haitianos por abandonar el país crecerá de forma exponencial al igual que la presión migratoria en Centroamérica y México, de miles de inmigrantes haitianos por entrar en Estados Unidos.

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