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La fuerza aérea israelí atacó este jueves una instalación en el sur del Líbano utilizada por Hezbollah para almacenar cohetes de mediano alcance, según anunció el ejército israelí. Este ataque ocurrió después de que ambas partes se acusaran de violar un cese al fuego acordado para poner fin a más de un año de enfrentamientos.
La operación, que tuvo lugar cerca de Baysariyah, al norte del río Litani, marcó el primer ataque aéreo desde que entró en vigor el alto al fuego el miércoles. Según medios locales y fuentes de seguridad libanesas, el ataque también se sumó a incidentes previos de disparos de tanques israelíes en pueblos y campos agrícolas del sur del Líbano, dejando al menos dos heridos.
Violaciones y tensiones en la frontera
Hezbollah, por su parte, acusó a Israel de violar el acuerdo al atacar a quienes regresaban a aldeas fronterizas. Hassan Fadlallah, legislador del grupo, afirmó que “el enemigo israelí está atacando a los que retornan” y señaló que las acciones israelíes representan una clara violación del cese al fuego.
El ejército israelí justificó sus ataques al alegar que varios vehículos sospechosos ingresaron a la zona sur, lo que, según ellos, representó una transgresión del acuerdo alcanzado con la mediación de EU y Francia. Este estipula que las instalaciones militares no autorizadas al sur del río Litani deben ser desmanteladas, aunque no aborda las ubicadas al norte del río.
Fragilidad del acuerdo
El cese al fuego, diseñado para durar 60 días, busca facilitar un retiro gradual de las tropas israelíes del sur del Líbano sin permitir operaciones ofensivas por ninguna de las partes. Sin embargo, su fragilidad se evidencia en el continuo intercambio de acusaciones y la presencia de tropas israelíes en territorio libanés, junto con drones de vigilancia sobrevolando la zona.
Desde el inicio del conflicto en octubre de 2023, los ataques israelíes en el Líbano han dejado 3,961 muertos y 16,520 heridos, según el Ministerio de Salud libanés. Hezbollah ha causado la muerte de 45 civiles y 73 soldados israelíes en Israel y el sur del Líbano.
El acuerdo también enfrenta críticas internas en Israel, donde unas 60,000 personas evacuadas del norte aún no tienen autorización para regresar a sus hogares, a pesar de la promesa del primer ministro Benjamin Netanyahu de restablecer la seguridad en la región.