Cazas del régimen de Damasco y la aviación rusa bombardearon este domingo la provincia de Idlib, en el noroeste de Siria, luego de la mayor contraofensiva de la oposición al dictador Bachar al Asad en cuatro años.
Cuatro civiles, entre ellos una mujer, perdieron la vida y otros 54 resultaron “gravemente heridos”, en su mayoría, niños, en bombardeos de la aviación del Ejército regular sirio contra Idlib, incluidos campos de desplazados.
“Se trata de un balance no definitivo de los brutales ataques aéreos de los aviones de combate del régimen que tuvieron como objetivo barrios de la ciudad de Idlib, dos campos para personas desplazadas, instalaciones sanitarias y educativas y mercados de la ciudad”, dijo el grupo opositor Cascos Blancos.
Reconquista de Alepo
El grupo islamista Organismo de Liberación del Levante inició el pasado miércoles junto a otras facciones respaldadas por Turquía una amplia ofensiva en el norte de Siria y consiguió expulsar al Ejército regular de amplias regiones septentrionales.
Además de controlar por completo la provincia de Idlib, su bastión principal, esa alianza radical consiguió controlar la mayor parte de la ciudad de Alepo, la segunda más grande del país, en un nuevo ciclo de violencia que en cuatro días dejó unos 350 muertos.
Las defensas del régimen sirio, que hasta hace unos meses parecían sólidas gracias al apoyo de Irán y Rusia, se están desmoronando como un castillo de naipes una vez que Moscú ha destinado parte de sus fuerzas a la invasión de Ucrania y las fuerzas proiraníes, particularmente Hezbolá, han quedado debilitadas por los ataques israelíes.