Los líderes del G7, conformado por Alemania, Canadá, EU, Italia, Japón y Reino Unido, acordaron este jueves asignar $50,000 mdd en préstamos a Ucrania. El monto proviene de los intereses generados por los activos rusos congelados en Europa, según un comunicado tras su más reciente encuentro virtual.
El acuerdo forma parte del programa *Extraordinary Revenue Acceleration* (ERA), establecido durante la cumbre del G7 celebrada en junio en el hotel italiano Borgo Egnazia. Tras meses de negociaciones, el plan alcanzó su cierre en octubre y está destinado a reforzar la resistencia de Ucrania frente a la invasión rusa.
Los fondos, derivados de intereses generados por $260,000 millones de activos rusos congelados en la Unión Europea, garantizarán el reembolso de los préstamos asignados a Ucrania. El comunicado subraya que el monto será entregado “pronto” a Kiev, reforzando el apoyo económico a la nación invadida.
El uso de estos recursos había sido objeto de debate en las reuniones del G7 durante el año, pero su ratificación subraya la voluntad de las democracias más industrializadas de mantener su respaldo económico y estratégico a Ucrania.
Advertencias desde Rusia
Rusia, por su parte, ha respondido enérgicamente a la medida. El pasado 24 de octubre, el ministro de Finanzas ruso, Antón Siluánov, advirtió que el gobierno de Vladimir Putin utilizará los beneficios generados por activos occidentales congelados en territorio ruso de manera similar.
“Si los países occidentales han empezado a utilizar los ingresos del oro congelado y las reservas de divisas de la Federación Rusa, nosotros haremos exactamente lo mismo”, afirmó Siluánov en la televisión estatal rusa.
Esta declaración recalca el deterioro de las relaciones económicas entre Rusia y Occidente, en un momento en el que la guerra en Ucrania sigue siendo el centro de tensiones geopolíticas globales.
El encuentro, que marca el cierre de la presidencia rotatoria italiana del grupo, demuestra que los países del G7 están decididos a sostener sus compromisos con Ucrania. Mientras tanto, Rusia continúa buscando formas de contrarrestar las sanciones y medidas económicas impuestas por Occidente.