Un terremoto de magnitud 7.3 dejó este martes al menos siete muertos en la capital de Vanuatu, Port Vila, que se vio afectada por cortes de comunicación y donde equipos de rescate buscan a posibles víctimas mortales entre los escombros mientras los servicios de emergencia del país atienden a decenas de heridos.
El sismo ocurrió a las 12:47 hora local, con el epicentro localizado unos 30 kilómetros al oeste de la capital del Estado insular y a una profundidad de 57.1 kilómetros bajo el lecho marino del Pacífico Sur, según el Servicio Geológico de Estados Unidos, que registra la actividad sísmica en todo el mundo.
La cadena de televisión VBTC, uno de los pocos medios que publicó imágenes desde el terreno, mostró cómo decenas de personas acudían a un centro hospitalario capitalino en furgonetas, coches y transportados en brazos por terceros, así como carreteras bloqueadas por deslizamientos de tierra y edificios y vehículos destrozados.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó en su cuenta de X que ha desplegado un equipo sobre el terreno que asiste al Hospital Vila Central y al Ministerio de Salud en las acciones de emergencia.
En su cuenta de X, Katie Greenwood, jefa de delegación de la Federación Internacional de la Cruz Roja en el Pacífico, señaló que hay al menos 6 fallecidos y muchos heridos, y que la comunicación con los equipos sobre el terreno se ve afectada por las interrupciones en los servicios de comunicación.
“Extremadamente violento”
“El terremoto fue extremadamente violento, tuve solo tiempo de coger a mi hijo del brazo y salir al garaje, pero nos caímos al suelo al tratar de agarrar a mi mujer”, informó desde Port Vila Stéphane Rivier, que compartió imágenes del impacto en su propiedad, con daños de un “90%”, calcula.
La Embajada de Estados Unidos publicó un comunicado en el que afirma que su edificio en Port Vila ha sufrido “daños considerables” y que “está cerrada” hasta próximo aviso.
Posteriormente publicó otro comunicado en el que afirma que todo su personal de la legación se encuentra a salvo.
El ministro de Exteriores de Nueva Zelanda, Winston Peters, indicó por su parte en X que su legación en la capital, que comparte espacio con la de Francia y Reino Unido, ha sufrido “daños significativos”.