La sentencia por el juicio que más ha impactado a la opinión pública mundial en décadas, la que sentó en el banco de los acusados a Dominique Pelicot y otros 50 hombres, por la violación bajo sumisión química de Gisele Pelicot durante nueve años, se conocerá este jueves en un tribunal de Aviñón (Francia). Otra veintena de hombres que también agredieron sexualmente a la víctima, de 72 años, no han podido ser aún identificados ni llevados a juicio.
La Fiscalía pidió el pasado 27 de noviembre un total de 650 años de prisión para los 51 hombres llevados a juicio por abusar de Gisele Pelicot, convertida en un símbolo feminista mundial por decidir que el juicio fuera público “para que la vergüenza cambie de bando”.
La mayor pena solicitada, de 20 años (la máxima contemplada por la ley en Francia), es para su exmarido y cerebro del plan, Dominique Pelicot, de 72 años, quien no le quedó más remedio que admitir su culpa, tras ser denunciado por grabar con su celular bajo las faldas de dos mujeres en un supermercado, lo que llevó a que la policía descubriera que guardaba centenares de fotos y videos que él mismo grabó de su mujer drogada, mientras era violada por hombres que contactó en internet.
“Mi fantasía era someter a una mujer insumisa”, declaró en juicio Pelicot, quien alegó en su defensa haber sido también víctima de abusos sexuales cuando era niño, y acabó, en su alegato final, alabando la “valentía” de su mujer.
En cuanto al resto, la Fiscalía pide para 49 de ellos entre 10 y 18 años de cárcel por agresión sexual y violación agravada, y cuatro años para un último acusado por “tocamientos” y participar en el pacto de silencio colectivo para no ser atrapados, a sabiendas de que la víctima seguiría siendo violada y ser expuesta a altas dosis de ansiolíticos (que podrían haberle provocado el coma) o contagiarse de sida y otras enfermedades venereas graves.
Pese a la montaña de evidencias gráficas, sólo 16 de los acusados pidieron disculpas a Gisele en el juicio, e incluso uno de ellos sigue sin reconocer lo que hizo, pese a estar grabado. Otro de los acusados, Jean-Pierre Maréchal, admitió en el juicio los delitos aunque jamás tocó a Gisèle Pelicot, sino que replicó los métodos del principal acusado con su propia esposa, quien también fue violada bajo los efectos de los ansiolíticos por ambos hombres, al menos doce veces, como quedó registrado en fotos y videos que se tomaron de ellos mismos.
“Un antes y un después”
“Habrá un antes y un después”, aseguró durante las vistas la fiscal del tribunal penal de Aviñón, Laure Chabaud, consciente de la importancia de este juicio. Por ello, pidió una “concientización real y profunda sobre la noción de consentimiento” para los acusados y también para la sociedad.
El código penal francés no reconoce el delito de “no consentimiento” de la víctima de una agresión sexual, por lo que la estrategia de defensa de algunos de los acusados fue alegar que sus clientes no eran conscientes de si Gisele Pelicot había “consentido” ser usada como objeto sexual.
El caso Pelicot ha disparado la presión para que el consentimiento no sea usado como un atenuante para rebajar una pena por agresión sexual, y para que el Código Penal especifique que el consentimiento no se puede dar por válido en caso de que la víctima esté sometida a manipulación, amenaza, intimidación, coacción o abuso de poder.