Al menos 12 personas murieron y otras 30 resultaron heridas durante una estampida este sábado en un acto benéfico organizado por el filántropo Ernest Obiejesi en Okija, estado de Anambra, al sur de Nigeria.
Según el Centro de Defensa Legislativa de la Sociedad Civil (CISLAC), la multitud descontrolada provocó el caos antes de que iniciara la distribución gratuita de arroz.
“Estos incidentes reflejan tiempos extremadamente difíciles para los nigerianos”, afirmó Auwal Musa-Rafsanjani, director ejecutivo de CISLAC, quien también criticó al gobierno por su desconexión con la realidad del país. Residentes locales describieron escenas de desesperación mientras multitudes intentaban entrar a la residencia del empresario para obtener el alimento.
El mismo día, en Abuya, capital de Nigeria, otra estampida durante un acto benéfico en la Iglesia Católica de la Santísima Trinidad dejó al menos 10 muertos, incluidos cuatro niños, y ocho heridos.
Este evento, destinado a la distribución de alimentos a personas vulnerables, se convirtió en una tragedia cuando una multitud intentó acceder de manera desesperada al lugar.
En respuesta a estos incidentes, el presidente de Nigeria, Bola Ahmed Tinubu, canceló sus compromisos oficiales en honor a las víctimas y expresó condolencias a las familias afectadas. “En un tiempo que debería ser de alegría, lamentamos profundamente estas pérdidas dolorosas”, declaró en un comunicado.
Un patrón de tragedias recurrentes
Estas estampidas se suman a una lista creciente de incidentes similares en Nigeria. El miércoles pasado, al menos 35 niños murieron durante otra avalancha en una feria escolar en Ibadan, mientras que en marzo y febrero ocurrieron estampidas mortales en actos benéficos en Bauchi, Keffi y Lagos.
La creciente inflación, que alcanzó un máximo histórico del 33,95 % en junio, ha disparado los precios de productos básicos, como el arroz, volviéndolos inasequibles para la mayoría de la población.
Aunque Nigeria es la economía más grande de África y uno de los mayores productores de petróleo del continente, más del 40 % de sus habitantes viven por debajo del umbral de la pobreza, según el Banco Mundial.
La desesperación de millones de nigerianos por acceder a recursos básicos refleja la profundización de una crisis humanitaria que exige respuestas inmediatas.