El canciller federal en funciones de Austria, Karl Nehammer, comunicó este sábado su decisión de dimitir en los próximos días como jefe del Gobierno y líder del Partido Popular (ÖVP). Esta renuncia se produce luego del fracaso en las negociaciones con los socialdemócratas (SPÖ) para formar un nuevo Ejecutivo que excluyera al ultranacionalista FPÖ, ganador de las elecciones legislativas del 29 de septiembre
Críticas cruzadas
Tras los comicios, donde el FPÖ obtuvo el 28,8 % de los votos, seguido por el ÖVP (26,3 %) y el SPÖ (21,1 %), el presidente Alexander Van der Bellen otorgó a Nehammer el mandato para intentar formar gobierno, descartando al FPÖ por su falta de socios parlamentarios.
Nehammer inició conversaciones con los socialdemócratas e incluyó al partido neoliberal Neos en noviembre para ampliar el apoyo parlamentario. Sin embargo, el pasado viernes, la líder de Neos, Beate Meinl-Reisinger, abandonó las negociaciones, argumentando la falta de voluntad de los principales partidos para realizar reformas estructurales en medio de una economía en recesión por segundo año consecutivo.
El canciller lamentó la salida de los Neos y, tras un último intento de diálogo con el SPÖ, concluyó que las diferencias eran irreconciliables. “No es posible llegar a un acuerdo sobre puntos clave. Las negociaciones se terminaron y no se reanudarán”, afirmó en un video difundido en sus redes sociales.
Por su parte, el líder del SPÖ, Andreas Babler, atribuyó el fracaso a presiones internas dentro del ÖVP para buscar una alianza con los ultranacionalistas. Además, criticó que los conservadores exigieran recortes en áreas clave como pensiones y salarios públicos para reducir el déficit presupuestario, cifrado en 18.000 millones de euros.
Futuro incierto
La dimisión de Nehammer deja a Austria en una situación de incertidumbre, con un gobierno provisional y sin perspectivas claras de estabilidad política. Más de tres meses después de las elecciones, el país podría enfrentar nuevos comicios si no se logra un consenso para formar un Ejecutivo.
Los sondeos más recientes reflejan un crecimiento del FPÖ, que lidera con un 35-37 % de intención de voto, mientras que el ÖVP y el SPÖ rondan el 20-21 %.