Elon Musk, empresario y dueño de la plataforma X, se encuentra en el centro de las críticas de líderes europeos que lo acusan de interferir en la política interna de varios países del continente. Sus recientes declaraciones, combinadas con su apoyo a movimientos y figuras polémicas, han despertado preocupaciones sobre su influencia en las democracias liberales.
El presidente francés, Emmanuel Macron, fue uno de los primeros en alzar la voz. En un discurso ante embajadores, señaló que Musk promueve una “internacional reaccionaria” que amenaza los valores democráticos. Macron acusó al magnate de aprovechar las debilidades de los sistemas políticos para avanzar una agenda que no beneficia a la mayoría, en particular a la clase media.
Por otro lado, en el Reino Unido, el primer ministro Keir Starmer denunció a Musk por difundir “mentiras y desinformación” tras comentarios polémicos relacionados con un caso de explotación infantil. Según Starmer, Musk no busca justicia para las víctimas, sino que utiliza el tema para impulsar sus propios intereses, lo que aumenta la tensión entre el empresario y las autoridades británicas.
En Alemania, las críticas han sido especialmente contundentes. Musk expresó su apoyo al partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), calificándolo como la única formación capaz de “salvar” al país. Estas declaraciones provocaron la reacción inmediata de líderes políticos, como Christian Lindner, del Partido Liberal (FDP), quien acusó a Musk de intentar “desestabilizar” la democracia alemana. Además, los ataques personales de Musk al canciller Olaf Scholz y al presidente Frank-Walter Steinmeier, a quienes llamó “tonto” y “tirano antidemocrático”, han intensificado la polémica.
La Comisión Europea también ha intervenido, advirtiendo que, si bien la libertad de expresión es un derecho fundamental, las acciones de Musk podrían acarrear consecuencias legales si se demuestra que ponen en peligro procesos democráticos, especialmente en contextos electorales. La Ley de Servicios Digitales de la UE, que pronto entrará en vigor, establece sanciones para plataformas que no controlen adecuadamente la desinformación, un tema que podría complicar aún más la situación de Musk.
El empresario ha continuado lanzando ataques desde su plataforma, ahora dirigidos a figuras británicas como la viceministra Jess Phillips, a quien calificó de “apologista del genocidio por violación”. Estas declaraciones han elevado aún más las tensiones entre Musk y los líderes europeos.