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El gobierno de Venezuela ha decidido romper relaciones diplomáticas con Paraguay como consecuencia del respaldo público del presidente paraguayo, Santiago Peña, a la oposición venezolana, en particular al autoproclamado presidente electo, Edmundo González. Esta medida incluye la retirada inmediata de todo el personal diplomático venezolano en Paraguay, una respuesta contundente a las recientes declaraciones de Peña, quien manifestó su apoyo a González y su rechazo al proceso electoral de Venezuela.
Según un comunicado oficial emitido por el Ministerio de Exteriores de Venezuela, la ruptura de relaciones diplomáticas se produce debido a las declaraciones de Peña, quien mantuvo una videollamada con González para expresar su apoyo al líder opositor, así como su preocupación por las presuntas irregularidades en las elecciones en Venezuela de julio pasado. En este sentido, Peña subrayó su compromiso con la restauración de la democracia en el país y reiteró su respaldo a González, quien se ha proclamado como el legítimo ganador de los comicios, a pesar de que Nicolás Maduro fue proclamado vencedor por el Consejo Nacional Electoral (CNE).
El gobierno venezolano, por su parte, ha condenado enérgicamente las acciones de Paraguay, acusando a Peña de actuar en contra de la soberanía de Venezuela y de ignorar el Derecho Internacional. En su comunicado, la cartera de Exteriores señaló que las declaraciones de Peña responden a los intereses de potencias extranjeras que buscan socavar la voluntad del pueblo venezolano y su soberanía. Además, el gobierno de Venezuela recordó que la postura de Paraguay rememora las acciones del extinto Grupo de Lima, un bloque de países que, en su momento, apoyó a la oposición venezolana y reconoció a Juan Guaidó como presidente interino.
La tensión diplomática entre ambos países se intensificó después de que Peña, a través de la plataforma X, confirmara que en su videoconferencia con González había expresado su apoyo a la restauración democrática en Venezuela. En este contexto, el gobierno de Paraguay respondió exigiendo al embajador venezolano, Ricardo Capella, y al resto del personal diplomático de Caracas que abandonaran el país en un plazo de 48 horas. Esta medida se da en un clima de creciente polarización política en la región, ya que varios países latinoamericanos han adoptado posturas similares, cuestionando la legitimidad del gobierno de Maduro.