El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, evitó este jueves declarar durante los interrogatorios realizados por las autoridades, en el marco de la investigación que lo vincula con un supuesto delito de insurrección.
Yoon fue arrestado el miércoles tras un largo asedio a su residencia, donde permanecía protegido por el servicio de seguridad presidencial desde su destitución por el Parlamento a mediados de diciembre.
Resistencia a declarar
Desde su ingreso al Centro de Detención de Seúl, en Uiwang, Yoon ha rechazado participar en las sesiones de interrogatorios. La Oficina de Casos de Corrupción de Altos Funcionarios (CIO) esperaba obtener respuestas a un cuestionario de más de 200 páginas.
Sin embargo, el mandatario conservador, a través de su equipo legal, alegó problemas de salud para no asistir a las sesiones. Según su abogado Yun Gap-geun, Yoon ya explicó su postura y no considera necesario declarar nuevamente.
La CIO estudia forzar legalmente su comparecencia, mientras simpatizantes del presidente se manifestaron frente a las oficinas anticorrupción, en un intento de presionar por su liberación.
Yoon y sus abogados también han cuestionado la legalidad de la orden de detención y han presentado un recurso ante un tribunal de Seúl.
El líder surcoreano está siendo investigado por múltiples organismos, incluyendo la policía y la CIO, bajo cargos de insurrección relacionados con su declaración de la ley marcial el 3 de diciembre, poco antes de su destitución. Este es el único delito del que un presidente surcoreano no tiene inmunidad. Además, enfrenta acusaciones de abuso de poder.
De ser declarado culpable de insurrección, Yoon podría enfrentarse a una pena de cadena perpetua o incluso a la pena de muerte, aunque Corea del Sur mantiene una moratoria sobre esta última desde hace casi 40 años.
La CIO tiene un plazo inicial de 48 horas para interrogarlo, con la posibilidad de solicitar una extensión de la detención por hasta 20 días.
Procedimientos en el Tribunal Constitucional
En paralelo, el Tribunal Constitucional llevó a cabo este jueves la segunda audiencia formal para determinar si la destitución de Yoon será definitiva. La corte rechazó una solicitud de los abogados del presidente para posponer la vista, continuando con el juicio en ausencia del acusado.
El mandatario ya había evitado asistir a la primera audiencia el martes pasado, mientras permanecía atrincherado en su residencia. Aunque está suspendido de sus funciones por la Asamblea Nacional, Yoon sigue siendo presidente de facto mientras el Constitucional delibera. Esta situación lo convierte en el primer jefe de Estado surcoreano en ser detenido mientras está en el cargo.
El Constitucional tiene plazo hasta junio para decidir si se ratifica su destitución o si se le reinstala en el cargo. Entretanto, Yoon enfrenta un panorama político y judicial cada vez más adverso, con consecuencias potencialmente históricas para su mandato y para el país (con información de EFE).