El aumento de los niveles de dióxido de carbono (CO2), el principal gas responsable del calentamiento global, alcanzó cifras sin precedentes en 2024, según científicos.
Este incremento pone en grave peligro el objetivo internacional de limitar el calentamiento global a 1.5°C por encima de los niveles preindustriales, una meta que ahora pende de un hilo.
Los niveles de CO2 en la atmósfera son ahora un 50% más altos que antes de que los humanos comenzaran a quemar combustibles fósiles a gran escala, marcando un punto crítico en la crisis climática.
Durante 2024, las emisiones derivadas de combustibles fósiles alcanzaron máximos históricos, mientras que la capacidad de la naturaleza para absorber carbono disminuyó debido a fenómenos como incendios forestales, sequías y el impacto del fenómeno El Niño.
Este fenómeno climático natural, que calienta las aguas superficiales del Pacífico oriental, exacerbó la acumulación de CO2 al reducir la capacidad de sumideros naturales como bosques y océanos para capturar carbono.
En algunas regiones, incluso, se registraron incendios en zonas no afectadas usualmente por El Niño, lo que añadió más CO2 a la atmósfera. Según los datos preliminares del Global Carbon Project, el aumento del CO2 en 2024 fue de 3.6 partes por millón (ppm), alcanzando un nuevo máximo histórico de más de 424 ppm.
“Estos últimos resultados confirman que estamos entrando en un territorio desconocido más rápido que nunca, con un ritmo acelerado de aumento”, explicó el profesor Ralph Keeling, líder del programa de medición en el Scripps Institution of Oceanography.
Amenaza a la meta de 1.5°C
El Met Office británico advirtió que el rápido aumento del CO2 es “incompatible” con el compromiso internacional de limitar el calentamiento global a 1.5°C, una meta establecida en el Acuerdo de París de 2015 por cerca de 200 países.
Este objetivo, considerado esencial para evitar los peores impactos del cambio climático, exige que las emisiones de CO2 se reduzcan drásticamente, algo que, según los expertos, no está sucediendo.
En 2024, las temperaturas globales alcanzaron por primera vez un promedio anual que superó los 1.5°C por encima de los niveles preindustriales, un hito alarmante aunque todavía no rompa técnicamente con el Acuerdo de París, que se basa en promedios a largo plazo. Sin embargo, el continuo aumento de las concentraciones de CO2 podría condenar al mundo a sobrepasar este límite de forma irreversible en las próximas décadas.
“Limitar el calentamiento global a 1.5°C requeriría que el aumento del CO2 comenzara a desacelerarse, pero, en realidad, está ocurriendo lo contrario”, explicó el profesor Richard Betts del Met Office.
Impactos devastadores
El aumento de las temperaturas no solo afecta a los humanos, sino también a los ecosistemas que han actuado históricamente como aliados en la lucha contra el cambio climático. El Ártico, que tradicionalmente funcionaba como un sumidero de CO2, ahora se ha convertido en una fuente neta de emisiones debido al calentamiento y a la creciente frecuencia de incendios.
De manera similar, la selva amazónica, golpeada por sequías, incendios y la deforestación masiva, está perdiendo su capacidad para capturar carbono, agravando aún más la crisis climática.
“Es una cuestión abierta, pero necesitamos vigilar de cerca estas tendencias y analizarlas cuidadosamente”, añadió Betts, subrayando la importancia de comprender cómo los ecosistemas naturales están respondiendo al cambio climático.
Perspectivas para 2025
Aunque las condiciones de La Niña, que enfrían las aguas del Pacífico oriental, han reemplazado a El Niño, y esto podría ofrecer un alivio temporal, los expertos advierten que el calentamiento global continuará. “Aunque haya un leve alivio en las temperaturas, el problema de fondo persiste porque el CO2 sigue acumulándose en la atmósfera”, señaló Betts.
El desafío a largo plazo, según los científicos, radica en que el aumento de las concentraciones de CO2 parece estar superando incluso los escenarios más optimistas del IPCC, el panel climático de la ONU. Esto significa que el mundo avanza hacia un camino peligroso e irreversible de calentamiento acelerado, donde la capacidad de la naturaleza para absorber carbono podría disminuir significativamente.