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La irrupción de la aplicación china de Inteligencia Artificial saca los colores a Nvidia y deja en papel mojado el plan billonario de Trump para garantizar la supremacía tecnológica de EU

¿Por qué DeepSeek es el caballo de Troya y el “momento Sputnik” de la IA china contra en EU?

Desafío El dueño de DeepSeek, Liang Huengfeng

Lo ocurrido en apenas una semana en torno a la irrupción de la china DeepSeek en la carrera mundial por la Inteligencia Artificial es, como lo definió el inversor Marc Andreesen, un “momento Sputnik”, en alusión a la tremenda conmoción que supuso para Occidente cuando en 1957 la Unión Soviética puso en órbita el primer satélite artificial del mundo, adelantándose a Estados Unidos y confirmando así su condición de superpotencia.

Este “momento” estalló el lunes, cuando DeepSeek (Búsqueda Profunda, en español) se puso por delante en la carrera planetaria por la hegemonía en la IA, que Estados Unidos creyó ganada sin competencia, o porque sus competidores eran tan enanos que nunca podrían desafiar la hegemonía de las grandes compañías tecnológicas estadounidenses, como Meta, Google, Microsoft, Nvidia o la propia OpenAI, dueña de ChatGPT, la aplicación de IA más popular del mundo.

¿Qué ha pasado?

Casualidad o no, uno de estos “enanos” extranjeros, DeepSeek, se presentó en la carrera por la IA, coincidiendo con la ceremonia de investidura de Donald Trump como presidente de Estados Unidos. La cronología de acontecimientos desde entonces es meteórica.

  • Lunes 20: La compañía china se puso en la parrilla de salida junto a ChatGPT. Además, lo hizo usando semiconductores mucho más baratos que los de la estadounidense Nvidia, la mayor compañía del mundo de procesadores para IA.

En concreto, la compañía china presentó su modelo de aplicación de pago DeepSeek-R1, para tareas como la resolución de problemas matemáticos, la programación y la inferencia del lenguaje natural, del que la empresa china aseguró que es comparable con el o1 de OpenAI, y desde luego mucho más barato.

La clave está en las comparativas de precios de aplicaciones de IA que se miden en tokens, siendo mil tokens equivalentes a unas 750 palabras en inglés. DeepSeek-R1 ofrece servicios de programación de aplicaciones a un precio de 0.14 dólares por millón de tokens de entrada (una palabra, frase o pregunta que se le haga al chat) y 2.2 dólares por millón de tokens de salida (la respuesta). Por el contrario, el OpenAI o1 tiene un precio de 15 dólares de entrada y hasta 60 dólares de salida.

  • Martes 21: Ajeno al anuncio de DeepSeek, por la catarata de órdenes ejecutivas que empezó a firmar desde su primer día para intimidar a socios y rivales de EU, Trump anunció una inversión privada de 500 mil millones de dólares en IA en cuatro años, mientras le aplaudían los tres magnates que invertirán en su proyecto “Stargate”: Larry Ellison, de Oracle; Masayoshi Son, de Softbank, y Sam Altman, de OpenAI, otro de los genios de Silicon Valley que aceptó someterse a la doctrina aislacionista-imperialista Trump, como Mark Zuckerberg o Jeff Bezos, siguiendo los dictados de Elon Musk.

“Es dinero que normalmente habría ido a parar a China”, dijo maliciosamente Trump, mientras uno de sus voceros calificaba eufórico el proyecto como “la estrella del norte” que iba a llevar a Estados Unidos a derrotar a China en la supremacía tecnológica mundial.

  • Domingo 26: La plataforma de descargas App Store anuncia que DeepSeek superó el fin de semana a ChatGPT en el número de descargas para Apple.
  • Lunes 27: El anuncio de que una desconocida start-up china había logrado superar a ChatGPT con un chip barato, hecho en tiempo récord (apenas seis meses) y sin necesidad de comprárselo a Nvidia, sacudió los mercados financieros y causó la mayor pérdida de valor de una compañía de la historia de Wall Street. Las acciones de Nvidia se desplomaron un 17%, causando una pérdida de 589 mil millones de dólares del valor bursátil de la compañía con sede en Santa Clara (California), unos 89 mil millones de dólares más de la inversión “histórica” que anunció Trump días antes.

El golpe chino no es sólo financiero (se gastó menos de 6 millones de dólares en una aplicación que Nvidia necesito miles de millones) sino moral, ya que el CEO de DeepSeek es un joven que nunca ha salido de China, Liang Guengfeng, mientras que el CEO de la humillada Nvidia, es otro chino, Jen-Hsung Huang, pero de Taiwán, la isla que reclama el régimen de Pekín, y al servicio de la tecnología estadounidense.

Jen-Huang perdió en cuestión de horas 20 mil 800 millones de dólares, y no fue el único, Larry Ellison, el CEO de Oracle y socio de Trump en Stargate, perdió 27 mil 600 millones de dólares y pasó de ser el tercer hombre más rico del mundo al quinto.

  • Martes 28: En un raro gesto de humildad, Trump declaró que el repentino éxito de DeepSeek “debería ser una llamada de atención (wake-up call) para que espabilen las empresas tecnológicas de Estados Unidos”.

Olvidándose de que justo hace una semana anunciaba a bombo y platillo la inversión de medio billón de dólares en su plan estrella Stargate, Trump admitió este martes que el modelo de bajo costo “es un avance muy positivo” para la IA en general, porque “en lugar de gastar miles de millones y miles de millones, gastarás menos y, con suerte, encontrarás la misma solución”.

Pero más relevante es lo que dijo este mismo día Sam Altman, el dueño de ChatGPT considerado unánimemente el “gurú global de la inteligencia internacional”, y que resumió el logro de DeepSeek en tiempo récord y en el menor tiempo posible en una sola palabra: “Impresionante”.

Pero, ¿cómo lo logró China?

El éxito de DeepSeek es, paradójicamente, consecuencia directa de la ofensiva proteccionista contra China que declaró Trump en su primer mandato (2017-2021) y que continuó Joe Biden (2021-2025).

Como parte de la guerra comercial que declaró EU a China para evitar que se convierta en la primera superpotencia, la Casa Blanca prohibió en 2012 la transferencia de tecnología de semiconductores estadounidenses de alta tecnología.

Según fuentes cercanas al CEO de DeepSeek, Liang Wenfeng, quien no necesitó estudiar en prestigiosas universidades extranjeras para convertirse en un experto en IA, logró acumular 10 mil unidades de procesamiento de datos (GPU, en inglés) o semiconductores de Nvidia, antes de la prohibición.

En concreto, tuvo acceso a procesadores gráficos H800 de Nvidia, una versión de capacidad reducida diseñada para el mercado chino.

La desventaja de la empresa de Liang, que le impidió el acceso a semiconductores estadounidenses de nueva generación, mucho más avanzados, la solventó con el entusiasmo de su equipo por lograr en tan sólo 55 días desarrollar una aplicación de IA a la altura de ChatGPT y con un presupuesto irrisorio de 5.57 millones de dólares.

DeepSeek se inspiró para su modelo R1 en el modelo o1 de OpenAI, que utiliza chain of thought o “cadena de pensamiento” para resolver problemas complejos, un enfoque estructurado por el que el chatbot desglosa primero las tareas y luego las ejecuta, similar al pensamiento humano.

Su código abierto es otro de sus aspectos fundamentales, ya que permite que cualquier persona puede examinarlo, modificarlo y adaptarlo en función de sus necesidades.

Por tanto, mientras Sam Altman y todos los ejecutivos de las Big Tech estadounidenses no se pongan las pilas y vean cómo ser más eficientes con menos dinero, será China la que ofrezca más servicios de inteligencia artificial a los estadounidenses, de igual manera que es la china TikTok la que sigue hipnotizando con sus videos cortos a cientos de millones de estadounidenses (paradójicamente por decisión de Trump, que decisión levantar el veto de la Corte Suprema en su contra, por presunto espionaje para el régimen de Pekín, en nombre de la libertad de expresión).

Y es, precisamente, la falta de libertad de expresión, el talón de Aquiles de DeepSeek, sometido a la férrea censura del régimen autoritario chino.

En este sentido, DeepSeek no ha demostrado aún qué hace con los datos que está recopilando sobre los nuevos usuarios, y aplica la normativa gubernamental de julio de 2023 para regular los servicios de inteligencia artificial, que deberán respetar “los valores socialistas fundamentales”, la “moral social y la ética profesional” y tendrán prohibido “generar contenidos que atenten contra la seguridad nacional, la unidad territorial y la estabilidad social”.

Hagan la prueba: pregunten si hubo una matanza en la plaza de Tiananmen y verán la respuesta de DeepSeek.

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