China dio la bienvenida al Año Nuevo Chino, también conocido como el Festival de la Primavera, marcando el inicio del Año de la Serpiente de Madera, uno de los signos más enigmáticos del zodiaco chino. Las celebraciones comenzaron con la tradicional danza de los leones, fuegos artificiales y reuniones familiares, llenando las calles de Beijing, Shanghái y otras ciudades con alegría y color.
El origen de esta festividad se remonta a más de 4,000 años y está profundamente arraigado en tradiciones agrícolas. Originalmente, el Año Nuevo Chino marcaba el fin del invierno y la llegada de una temporada fértil. Con el tiempo, la celebración adquirió un significado cultural más amplio, incorporando rituales para alejar a los malos espíritus, atraer la buena fortuna y fortalecer los lazos familiares. La leyenda de Nian, una criatura mítica que atacaba las aldeas y era ahuyentada por el sonido de petardos y el color rojo, también contribuyó al simbolismo de la festividad.
El Año de la Serpiente simboliza sabiduría, transformación y estrategia. Bajo el elemento de madera, se espera un período marcado por la creatividad, el crecimiento personal y un enfoque renovado en la comunicación efectiva. La serpiente, asociada con la introspección y la intuición, invita a las personas a tomar decisiones calculadas y aprovechar oportunidades con inteligencia.
Durante las festividades, las familias se reunieron para compartir cenas especiales, intercambiar sobres rojos con dinero —símbolo de buenos deseos— y disfrutar de mercados nocturnos. Asimismo, millones de personas viajaron a sus ciudades natales en la mayor migración humana anual, con el objetivo de celebrar el Festival de la Primavera junto a sus seres queridos.
Las celebraciones continuarán hasta el 16 de febrero, cuando la Fiesta de los Faroles pondrá fin a esta emblemática temporada festiva, iluminando las calles con linternas rojas y eventos culturales que destacan la rica tradición china.