Un juez federal en Washington D.C. emitió este viernes una orden temporal que frena el plan del presidente Donald Trump para desmantelar la Agencia de EU para el Desarrollo Internacional (USAID). La decisión bloquea la suspensión de 2,200 empleados que debían ser puestos en licencia administrativa antes de la medianoche.
La medida surge tras una demanda presentada por la American Foreign Service Association y la American Federation of Government Employees, dos sindicatos que representan a trabajadores de USAID.
La querella argumenta que el plan de Trump viola la Constitución y la ley federal, ya que ninguna de sus acciones fue autorizada por el Congreso. “Solo el Congreso puede desmantelar la agencia”, señala el documento judicial.
Trump y Musk contra la ayuda internacional
Trump ha sido un crítico recurrente del gasto en ayuda internacional y considera que USAID representa un desperdicio de dinero público. Como parte de su estrategia de reducción del gasto gubernamental, delegó a Elon Musk, a través del recién creado Departamento de Eficiencia Gubernamental (Doge), la reestructuración de agencias federales para reducir el presupuesto.
El jueves, la administración Trump notificó a los empleados que se procederían con los recortes, dejando solo 611 trabajadores esenciales en la agencia. Un funcionario del Departamento de Justicia, Brett Shumate, justificó la decisión ante el tribunal afirmando que Trump cree que USAID está “plagada de corrupción y fraude”.
Las oficinas de USAID en Washington D.C. han estado cerradas toda la semana, y las señales de la agencia fueron cubiertas con cinta negra, lo que generó protestas entre los trabajadores. Flores y pancartas con mensajes como “RIP USAID” aparecieron en los alrededores de su sede.
Impacto global
Los recortes han afectado gravemente la asistencia humanitaria a nivel mundial, paralizando cientos de programas en más de 60 países.
USAID ha sido históricamente la mayor fuente de ayuda internacional de EU, proporcionando asistencia en crisis sanitarias, desastres naturales y combate a la pobreza.
Exdirectores de la agencia han criticado la decisión. Gayle Smith, exadministradora de USAID, advirtió que retirar la ayuda envía un mensaje alarmante al mundo: “EU está diciendo que no le importa si la gente vive o muere y que no somos un socio confiable”.
En Kenia, Nelson Otwoma, líder de una ONG que combate el VIH con fondos de USAID, informó que los despidos masivos han interrumpido la distribución de medicamentos, dejando a pacientes sin acceso a tratamientos esenciales. “No sabemos qué pasará mañana... todo se ha detenido”, afirmó.
Mientras tanto, el secretario de Estado, Marco Rubio, quien ahora funge como jefe interino de USAID, aseguró que EU no abandonará la ayuda internacional, pero insistió en que los programas deben alinearse con intereses nacionales. “Seguiremos brindando ayuda, pero tiene que ser justificable y defendible”, declaró.
Líderes demócratas han condenado la medida. El congresista Raja Krishnamoorthi calificó los recortes como “desastrosos para la salud pública global” y acusó a la administración Trump de ejecutar la reforma de manera “dañina e irresponsable”.