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Este lunes se cumplen tres años desde que el presidente ruso, Vladimir Putin, ordenase la invasión de Ucrania, tras ser convencido por sus generales de que Kiev iba a caer “en unas 48 horas”. Mil 95 días después, con 12,600 civiles ucranianos asesinados, entre ellos 2,400 niños, los defensores sólo pueden contar con la ayuda de Europa, luego de que la llegada al poder de Donald Trump diese un vuelco en la prioridad de Estados Unidos, que es forzar una rendición de Kiev y que acepte la retirada de las tropas rusas, a cambio de entregarles el 20 por ciento del territorio ocupado, la prohibición de entrar en la OTAN, y la cesión de tierras raras ucranianas a Washington por la ayuda militar recibida durante el mandato de Joe Biden.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, conmemoró este lunes el tercer aniversario del comienzo de la guerra provocada por la invasión rusa con una cumbre en la que participaron líderes europeos y el primer ministro canadiense Justin Trudeau, y que no contó con la participación de ningún representante de la nueva administración de EU.
Entre los líderes que sí viajaron a Kiev está la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que, como otros jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea, pidió que el continente sea tenido en cuenta por EU en las negociaciones que impulsa Washington y anunció el envío a Ucrania de otros 3,500 millones de euros ya presupuestados que llegarán en marzo.
Decimosexto paquete de sanciones
También este lunes, la UE aprobó su decimosexto paquete de sanciones contra Rusia por la guerra, en concreto contra la llamada “flota fantasma” rusa, que ayuda al Kremlin a esquivar las restricciones contra el comercio de petróleo, y una prohibición a las importaciones de aluminio, que genera “importantes ingresos para Rusia”.
El paquete de medidas prohíbe igualmente cualquier transacción con determinados puertos, esclusas y aeropuertos de Rusia que se utilicen para la transferencia a ese país de drones, misiles y componentes relacionados, o para eludir el límite del precio del petróleo u otras medidas restrictivas.
Para garantizar la eficacia de las medidas restrictivas de la UE dirigidas al sector de la aviación, el Consejo ha decidido ampliar la prohibición de vuelos de la UE a las compañías aéreas incluidas en la lista de sancionados.
Turquía se ofrece de anfitrión
Uno de los pocos dirigentes que habló en la cumbre fue el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, que pidió que tanto Ucrania como Rusia “estén representados de manera justa” en las negociaciones y reafirmó su disponibilidad de ejercer de anfitrión de un eventual proceso de paz para poner fin al conflicto.
Erdogan volvió a expresar su compromiso con la “integridad territorial” de Ucrania un día después de que el presidente Zelenski subrayara la importancia de implicar a un país con uno de los ejércitos más poderosos de la OTAN en la creación del contingente militar extranjero que podría garantizar sobre el terreno la paz que se firme con Rusia.
Uno de los líderes que participó de forma remota en la reunión fue el primer ministro británico, Keir Starmer. En la línea de todas las demás intervenciones, Starmer pidió que Ucrania sea incluida en cualquier negociación sobre la guerra que se lleve a cabo con Rusia y abogó por incrementar la presión sobre Moscú para forzar al Kremlin a detener la guerra.
El primer ministro británico confirmó, además, que su Gobierno estaría dispuesto a enviar tropas a Ucrania junto a sus socios de la UE para proteger al país invadido de una nueva agresión rusa una vez termine esta guerra.