China llevó a cabo este 26 de febrero maniobras militares con fuego real cerca de la costa suroccidental de Taiwán, en un movimiento que ha sido calificado como provocador por el gobierno de la isla. Estas operaciones incluyeron la incursión de 32 aeronaves chinas, entre ellas cazas J-11 y aviones KJ-500, que cruzaron la línea media del Estrecho de Taiwán y penetraron en la Zona de Identificación de Defensa Aérea taiwanesa.
El gobierno de Taiwán denunció que estas acciones ponen en riesgo la seguridad regional y violan las normas internacionales. Se trata de la novena ocasión en 2025, y la quinta en febrero, en que China realiza patrullas conjuntas de preparación para el combate en la región.
La escalada de tensiones ha ido en aumento desde la llegada al poder de Lai Ching-te en mayo del año pasado, a quien Pekín considera un secesionista. China ha reafirmado su postura de que Taiwán es una provincia rebelde y ha reiterado que no descarta el uso de la fuerza para lograr la reunificación.
Además, en un esfuerzo por reforzar su capacidad militar, China ha adquirido el trimarán de combate no tripulado JARI-USV-A “Orca”, presentado en el AirShow China 2024. Pekín ha advertido que usará este armamento en caso de una intervención estadounidense en Taiwán.
La comunidad internacional ha manifestado su preocupación por la creciente tensión en el Estrecho de Taiwán y ha instado a ambas partes a buscar soluciones diplomáticas para evitar un conflicto mayor.
Taiwán detiene barco chino sospechoso de sabotaje a un cable submarino
En medio de este clima de tensión, los guardacostas de Taiwán detuvieron este martes un carguero con tripulación china, sospechoso de cortar un cable submarino de Internet que conecta la isla con el archipiélago de Penghu.
El barco, identificado como “Hong Tai” y registrado en Togo pero con financiamiento chino, fue detectado en aguas taiwanesas sin responder a múltiples comunicaciones de las autoridades. Poco después de que echara ancla, la empresa de telecomunicaciones Chunghwa Telecom reportó la desconexión del cable.
Las autoridades taiwanesas han señalado que el incidente podría ser una “operación de zona gris”, un acto de presión que, sin llegar a ser un ataque militar, busca debilitar estratégicamente a Taiwán. El caso está siendo investigado como un posible sabotaje.
Este no es el primer incidente de este tipo. En los últimos años, varios cables submarinos han sido dañados en circunstancias sospechosas. En 2023, Taiwán culpó a buques chinos por la interrupción de conexiones con las islas Matsu, aunque no pudo confirmar si fue un acto deliberado.
El control de las infraestructuras submarinas es clave en la estrategia de seguridad, ya que más del 95% del tráfico mundial de Internet depende de estos cables, lo que hace que cualquier daño a ellos tenga serias implicaciones económicas y de comunicación.