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El esperado encuentro entre Volodymyr Zelenski y Donald Trump terminó en un completo desastre, con el presidente ucraniano siendo expulsado del Despacho Oval tras un violento intercambio de acusaciones sobre la guerra con Rusia.
Desde el inicio de la reunión, Trump y su vicepresidente JD Vance atacaron a Zelenski, acusándolo de faltar al respeto y marcando un distanciamiento sin precedentes con el principal aliado militar de Ucrania.
El objetivo de Zelenski era claro: convencer a Washington de no inclinarse hacia Rusia y garantizar apoyo para su país. Sin embargo, Trump dejó en claro que su prioridad es “hacer la paz” con Vladimir Putin, y criticó a Zelenski por negarse a negociar con Moscú.
En medio de la tensión, Trump ordenó que el presidente ucraniano abandonara la Casa Blanca, interrumpiendo abruptamente la reunión.
El enfrentamiento se volvió aún más hostil cuando Vance afirmó que Zelenski “no estaba en una buena posición” y que necesitaba el respaldo de EU para tener “cartas sobre la mesa” en una negociación con Rusia.
Zelenski, con los brazos cruzados, replicó: “No estoy jugando cartas, esto es muy serio, Sr. Presidente”.
Trump no retrocedió: “Estás jugando cartas. Estás apostando con la vida de millones de personas, estás apostando con la Tercera Guerra Mundial”.
Trump amenaza
El desaire dejó en el aire un crucial acuerdo sobre el desarrollo de recursos naturales en Ucrania, que Kiev esperaba usar para asegurar el apoyo estadounidense.
En cambio, Trump no solo se negó a firmar el pacto, sino que también dejó entrever que EU podría retirarse por completo del conflicto. “O hacen un acuerdo, o nos vamos. Y si nos vamos, la guerra no se verá bonita”, advirtió Trump.
En el acalorado intercambio, Vance acusó a Zelenski de utilizar la visita para presionar a EU y Trump sumó a la crítica: “No estás actuando con gratitud, y eso no es algo bueno”.
Zelenski, visiblemente irritado, replicó que siempre había agradecido al pueblo estadounidense, pero sus palabras fueron ignoradas.
“He determinado que el presidente Zelenski no está listo para la paz si EU está involucrado”, publicó Trump en Truth Social tras la reunión, dejando claro su desinterés en seguir respaldando militarmente a Kiev.
Mientras tanto, la delegación ucraniana fue informada por los asistentes de Trump que debían abandonar la Casa Blanca de inmediato, a pesar de que en ese momento se estaban preparando los almuerzos para ambas partes.
La instrucción fue clara: la reunión había terminado y los ucranianos debían irse. La caótica salida de Zelenski marcó el punto más bajo en las relaciones entre ambos países desde el inicio de la guerra.
Reacciones condenan a Trump
El escándalo tuvo rápida repercusión internacional. Líderes europeos como Emmanuel Macron y Pedro Sánchez respaldaron a Zelenski, reafirmando su apoyo a Ucrania y denunciando el trato recibido en Washington.
Desde Alemania, el candidato a canciller Friedrich Merz criticó la postura de Trump, declarando que “no se debe confundir a agresor con víctima en esta guerra”.
En el Congreso estadounidense, la reacción fue mixta. Mientras los demócratas condenaron el desplante, algunos republicanos celebraron la postura de Trump.
Dmitry Medvedev, ex presidente ruso, no tardó en celebrar lo ocurrido, calificando el episodio como “una lección necesaria” para Kiev.
La caída de Zelenski en Washington plantea incertidumbre sobre el futuro del apoyo militar de EU a Ucrania y abre la puerta a una posible reconfiguración del conflicto.
El respaldo a Zelenski también vino desde Noruega, Estonia y Polonia, cuyos líderes insistieron en que Europa debe redoblar su apoyo a Ucrania ante el desinterés de EU en sostener la resistencia contra Rusia.
“Si Rusia deja de pelear, no hay guerra. Si Ucrania deja de pelear, no habrá Ucrania”, enfatizó el ministro de Exteriores de Estonia, Margus Tsahkna.
Angustia en Ucrania
Mientras tanto, en Ucrania, la reacción fue de angustia. El comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Oleksandr Syrskyi, reafirmó en Telegram que los soldados seguirán luchando con o sin apoyo extranjero.
Sin embargo, el temor por la posible pérdida de suministros militares cruciales crece, y muchos ciudadanos expresaron su preocupación por el futuro de la guerra sin el respaldo estadounidense.
El golpe diplomático de Trump no solo afectó a Ucrania, sino también a los esfuerzos europeos por asegurar garantías de seguridad para Kiev.
Si bien Trump ha dejado claro que no enviará soldados estadounidenses al conflicto, su negativa a ofrecer respaldo a largo plazo deja abierta la posibilidad de que Rusia avance con mayor agresividad en el campo de batalla.
Las tensiones entre Zelenski y Trump venían escalando desde hace semanas, con el mandatario estadounidense llamando “dictador” al presidente ucraniano y presionándolo para aceptar un acuerdo comercial.
Este choque directo en la Casa Blanca confirma el distanciamiento entre Washington y Kiev, mientras Europa se prepara para asumir un papel más activo en la defensa de Ucrania.